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"Las ideologías nos separan; los sueños y la angustia nos unen."-Eugéne Lonesco.

(Brooke)

Si soy lo que tengo, y lo que tengo lo pierdo, entonces ¿Quién soy yo? Nada no soy nada, lo perdí todo, solo me tengo a mí, pero no puedo decaer solo porque si...aún no tengo mi razón para hacerlo ¿Qué sería de la vida si no contara con altibajos? Ahora estoy mal, pero luego estaré bien. Estoy pasando por lo peor, pero luego viene lo bueno. Eso es lo que dicen las personas ¿no?, que voy a estar bien, que ahora estoy pasando por cosas horribles pero que después vendrán mejores porque así es la vida, que solo tengo que ser paciente y esperar, pero esperar requiere de tiempo y no todos tenemos el tiempo requerido para esperar ¡ni la vida misma tiene tiempo para esperar!

Tiempo, una palabra que con solo oírla puede dejarnos estupefactos, para un cirujano el tiempo pierde todo su significado entre tantas cirugías y salvar vidas. Dentro de un hospital los médicos hacen que el tiempo vuele, mientras tanto fuera de él, el tiempo se encarga de patearnos el culo. Pero incluso al más fuerte de nosotros nos da una mala jugada...yendo despacio...haciéndonos congelar...dejándonos amedrentados en un momento, incapaces de movernos de un lugar a otro.

El tiempo vuela, sí que lo hace, para algunas personas el tiempo es esencial para otras no hay diferencia 8 segundos, 8 minutos e inclusive 8 horas, pero lo que si quiere el mundo es más tiempo, más tiempo para esto, más tiempo para aquello. No podemos pedirle a la vida menos vida o que sea menos dura, ni al tiempo más tiempo o que vaya más lento. Nuestra vida es prestada, nadie sabe lo que hay después de ella por eso todos queremos más tiempo para poder disfrutarla como es debido y para poder evitar la muerte. Estamos tan acostumbrados a pensar en que la muerte es mala solo porque ahí se acaba la vida, pero talvez no sea así, talvez la muerte nos salve de la vida o talvez sea incluso mejor que la vida misma, pero eso aún no lo sabemos.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta que ya era de noche y que hay un ruido afuera, Salí de mi pequeña habitación temporal y me dirigí escaleras abajo hacia la cocina, aquí el ruido era más fuerte se escuchaba a dos personas teniendo una discusión.

-¡voy a llamar a su jefe para reportar esto!-dijo una voz irreconocible de mujer.

-¡adelante hágalo! ¡Aun así tendrá que esperar para poder llevársela! ¡¿Qué parte de que hay que hacer un procedimiento no entendió?! ¡¿Qué no sabe que no puede llevársela así como así?!-grito Agatha perdiendo los estribos. Agatha es la trabajadora social con la que me he quedado los últimos 7 meses, ella es de tamaño promedio, un poco gorda, tiene el pelo castaño oscuro, la piel bronceada y los ojos marrón oscuro.

-pero es que entienda, yo solo...solo quiero a mi pequeña devuelta.-dijo nuevamente la voz desconocida, sollozando.

Me dirigí a la sala de estar a ver con quien estaba discutiendo y hacer que se callen de una buena vez. Cruce el pasillo que divide la sala de estar con la cocina, abrí la puerta de esta y entré, al entrar me encontré con Agatha y otra mujer mirándome pasmadas.

-¿interrumpo algo?-pregunte para que no creyeran que soy descortés.

-no, ella ya se iba-dijo Agatha y le dio una mirada de disgusto a la mujer que estaba sentada en el sillón opuesto al de ella, esta estaba muy acicalada y se la veía algo nerviosa, tiene el pelo castaño claro y en su rostro unos ojos color avellana que resaltaban su piel un poco bronceada. Llevaba un vestido azul oscuro ceñido y unos tacones negros con un bolso a juego, su cuello estaba adornado por collar sencillo con el dije de un crisantemo.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2017 ⏰

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