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El olor a tierra mojada acaricia mi nariz, con el viento revolviendo mi pelo busco su presencia entre la oscura multitud.
Días como estos su ausencia me hace temblar, la sensación de sus dedos sobre mi piel y el sabor de sus labios se van disipando poco a poco.
Solo queda el recuerdo agridulce de nustra despedida y las esperanzas de volvernos a encontrar en mi mente.
La soledad se siente en forma de brisa, brisa que abraza mi cuerpo haciéndome estremecer en la noche.
Días como hoy extraño sus ojos enfocados en los míos, nuestros párpados cerrándose acompañados de un suspiro al escuchar un 'te quiero' del otro.
A veces divago mirando al cielo, buscando la estrella más grande mientras utópicamente espero que él esté haciendo lo mismo, para así, al menos, encontrarnos en nuestros sueños.
La ciudad se vuelve incierta, abrumadora y sofocante al no encontrar en nadie esa cálida sonrisa que lo caracteriza.
La nebulosa de sentimientos que me aprisiona únicamente cesará el día que mis manos se encuentren con las suyas. Ahí sabré que todo habrá valido la pena, cuando mi alma se llene otra vez.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2017 ⏰

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Luces en la ciudad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora