Capitulo quince: 'Las palabras no dichas...Son las más doloras'

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Jasmín [Pov]

"Tiene una expresión algo dulce cuando duerme"

Fue lo que escuché y terminé despertándome – ¿Crees que me veo dulce cuando duermo? -Pregunté con pereza y sueño abriendo mis ojos, me di cuenta que Ángel dio un brinco en su sitio.

"¡¿Acaba de leer mi mente?!"

Esa voz resonó como eco haciéndome parpadear. – ¿Eh? ¿Estás loco? ¿Cómo podría leer tu mente? –Le pregunté terminando de frotar mis ojos y mirándolo a la cara soñolienta, me confundí al ver que el tono de su piel se había puesto extremadamente pálida. – ¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo? ¡Oh! ¡Hemos vuelto a la normalidad! –Exclamé con emoción al darme cuenta de que estaba nuevamente en mi cuerpo.

-Tú...Tú... ¡Tú has leído mi mente! –Exclamó Ángel señalándome para luego sentarse de golpe en la cama mirándome como loco, la palabra 'loco' le caía a la perfección ya que estaba despeinado.

-¿Cuándo he hecho eso? –Le pregunté confundida sentándome frente a él. –Te recuerdo que yo no tengo esa habilidad.

'¿Acaso no escuchas mis pensamientos?'

La voz de Ángel se escuchó clara, muy clara dentro de mi cabeza, parpadeé en confusión ya que él estaba frente a mí ¡Y no había abierto la boca!

-¿Eh...? –Fue lo único que pude decir en medio de tanto disturbio.

'¡¿Me estás escuchando, no es cierto?!'

-¡Por Dios, no puede ser! –Exclamé arrastrándome hacía atrás inconscientemente mientras me llevaba una mano al pecho.

-¡¿Me has escuchado, verdad?! –Me exclamó Ángel abalanzándose hacia mí sujetando mis hombros fuertemente. – ¡Me escuchaste! ¡Lo hiciste!

-E-Eso...Creo... -Atiné a decir sintiendo mucho nerviosismo, mi corazón latía a mil por segundo, la idea de escuchar los pensamientos me dejaba en shock, y además... Ángel tenía su rostro demasiado cerca del mío. –Ejem... -Dije aclarando mi garganta, a lo que el castaño pareció entender la cercanía de su cuerpo junto a mí y se alejó rápidamente soltándome desviando su mirada.

-¿Cómo es que puedes escuchar los pensamientos? –Preguntó frotándose el cuello mirándome de reojo.

-No lo sé. –Le contesté con sinceridad. –Es más ni me había dado cuenta.

-A menos... -Empezó a decir mirando hacia la nada pensativo.

'¿A menos que la bebida no haya deshecho su efecto por completo?' 'Tal vez y es otro efecto secundario de la bebida'

-Tal vez sea eso. –Le contesté a lo que él se sobresaltó.

-¡No escuches lo que pienso, mocosa! –Exclamó fulminándome con la mirada.

Sonreí con sorna. – ¿Ves? ¿Ves? ¿Ves que no es bonito como otros invaden tu privacidad?

-Tsk, cállate. –Masculló entre dientes desviando la mirada. –De todas formas, es sólo temporal, pronto volveré a ser el único con esa habilidad. –Cruzó sus brazos y no pude evitar sentir las ganas de jalarle sus cachetes por lo tierno que se veía.

-Por cierto. –Hablé de nuevo recordando algo. – ¿Seguro todavía escuchas los pensamientos?

Ángel descruzó los brazos rápidamente mirándome anonadado, yo lo miré parpadeando ante su persistente mirada que estaba clavada en mí. '¿Qué pasa?' '¿Puedes oírme?' Pensé, y Ángel me miró fijamente.

LAS DOCE DIMENSIONES OCULTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora