Cap. 28

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-Claudia, ¿Que pasó?

-Es Agustín, acaba de despertar.

-Que? De verdad? -pregunte, con una sonrisa mientra salían lágrimas de felicidad de mis ojos.

-Si! Si estas desocupada vení, creo que ahora se está durmiendo pero no paró de preguntar por vos.

-Ya mismo voy. Nos vemos. -dije y corté al instante mientras preparaba mi bolso parándome.

-Que pasó? -preguntaron al unísono.

--Me tengo que ir, Agustín despertó. Nos vemos.

—Te acompañamos. —ambas se pararon y empezaron a guardar sus cosas en sus bolsos.

—De verdad, no hace falta. —tal vez solo lo hacían por obligación.

—No, de verdad, vamos.

Pagamos la cuenta y nos retiramos, subimos a mi auto y nos dirigimos al hospital. Al llegar me dirigí a Claudia, quien me abrazó fuertemente y me permitió pasar; lo necesitaba ver. Malena y Sol se quedaron afuera con los papás de Agustín mientras yo entraba.

Entré y lo ví, estaba igual que antes solo que ahora tenía la certeza de que estaba bien y mas vivo que nunca. Me acerqué y acaricié su pelo, lo miraba con cariño y le dí un corto beso en los labios.

—Te amo... —susurre, hasta que abrió los ojos y se sorprendió al verme.

—Caro, estás acá. —dijo con la voz entrecortada. Extrañaba oír su voz, o ver sus hermosos ojos.

—Obvio, ¿Como te iba a dejar? —le sonreí ya con los ojos llorosos.

—Perdón por lo que hice, no estaba consciente y... —no lo dejé terminar porque yo hablé.

—Ya sé que no estabas consciente. —sonreí.

—Si, yo iba a ir a tu casa a pedirte perdón pero ví todo negro, no sabía lo que hacía ni lo que pasaba.

—Entiendo. —hice una pausa de unos segundos y hablé. —Ah! Y hay alguien que quiere pedirte perdón.

Me acerqué a la puerta y vi que Malena, junto con Sol estaban mirando en nuestra dirección. Les hice una seña para que pasaran, al principio dudaron pero después terminaron pasando. Agus al verlas por instinto, retrocedió. Obviamente solo un poco ya que estaba en la camilla y no se podía movilizar mucho, pero seguía con los ojos bien abiertos y se veía asustado.

—Que hacen acá ustedes? —dijo seco, mirándolas con desprecio.

—Venimos a hablar.

—Yo no tengo nada que hablar con ustedes, saben muy bien lo que hicieron.

—Agus, escuchalas. —lo tomé de la mano tratando de tranquilizarlo. Al parecer funcionó porque se le pasó un poco el enojo.

—Está bien, es normal que esté así, no todos son tan comprensibles como vos Caro. —Agustin frunció el sseñ, mirándome sin comprender.  —Mirá, se que lo que hicimos estuvo muy mal, pero ya admitimos que nos equivocamos y aprendimos de nuestro error. —el prestaba atención a lo que ellas decían ahora. —En lo que necesites, podemos ayudar.

—Y como se que este no sera otro de tus planes?

—Porque ya pasó todo! Le conté todo a Carolina, una persona me hizo cambiar de parecer.

—No te creo. —la miró desafiándola.

—Mira, se que hice muchas cosas para separarlos, pero era porque me gustabas y estaba como loca para que vos sintieras lo mismo. Me faltaba amor. —bajó la vista, pero a los segundos la volvió a subir y siguió hablando. —Y ya por fin encontré a alguien que me quiere y me valora, y me hizo entender todo el daño que les generé a ustedes. Espero Agustín, que algún día me entiendas y me puedas perdonar.

Al parecer las palabras de Malena lo hicieron cambiar de parecer, ya que su mirada se suavizó, y la miró con tristeza.

—Sí, lo que hiciste está muy mal, pero también entiendo que lo único que querías era a alguien que te quiera tal y como sos. Pero de todas formas, usaste la peor manera para conseguir novio. Así los espantabas. —sonrió. —Te perdono.

—De verdad? —Agus asintió. —Gracias! Ustedes tienen un corazón de oro, de verdad. Cualquier cosa que necesiten pueden pedirnos ayuda, para lo que sea! —Malena nos miraba sonriendo, todavía no podía creer que era ella. Sol por atrás miraba sonriendo y con algunas lágrimas por los ojos amenazando por salir. Malena se acercó a mi, me abrazó.

—Espero que podamos empezar de cero y ser buenas amigas. —susurró.

—Dalo por hecho.

Después salieron y quedé hablando por un rato con Agus hasta que se hizo de noche; me quería quedar pero Claudia no me dejó sabiendo que al próximo día tengo que ir a la universidad. Saludé a Agus con un beso y me retiré. Fuí directo a mi casa, específicamente mi cama y me dormí de inmediato, muchas cosas para un solo día.

Al próximo día fue todo muy parecido, pero esta vez Malena y Sol pasaron todo el día con nosotras, de lejos parecen las princesitas presumidas, pero realmente son muy buena onda y dejando de lado todas las cosas por las que pasamos, podríamos llegar a ser buenas amigas. No digo una amistad como la de Karol y mía, pero si una buena relación. 

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Ya han pasado dos semanas, hoy le dan de alta a Agustín...

Quien Lo Diría - AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora