Si soy un chico o una chica es completamente irrelevante.
Se que soy algo.
Algo sin forma.
Sin cuerpo.
Solo con voces y pensamientos.
Me ahogo en mi mismo/a.
Soy un fantasma, que está presente siempre.
Pero soy tan silencioso.
Pero no soy invisible.
La diferencia es que no podés verme porque nunca te interesó ese ser vestido de negro, con sus borcegos viejos y su chaqueta de jean al estilo de 1980.
No, te interesaba lo visible.
Y yo no era más que otro desecho de sociedad.