Capítulo 17: Bicho raro.

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Había despertado demasiado tarde. Como tenía la autorización de Dylan para no ir a clases, no tuve por qué preocuparme de la hora, inclusive después de haberme despertado, me quede unas horas acostada, mirando el techo o intentando volverme a dormir. Era demasiado difícil teniendo en mente muchas cosas, como por ejemplo, que quizás mañana todo el instituto se ría de mí o yo que sé, también lo que anoche ocurrió entre Dylan y yo. En si no ocurrió gran cosa, pero pude sentir que tuvimos un momento, de tan solo pensar en eso, siento como el corazón se me encoje y al mismo tiempo siento un vacío en mi pecho. Nunca antes me había sentido así de mal conmigo misma, estaba más que molesta, ¿cómo no pude darme cuenta antes? Es una de las preguntas que se ha atravesado conmigo en todas estas horas, sé que si nunca hubiera conocido a Ian, todo sería distinto.

Hasta recordar todo lo que vivimos me duele, él ha dejado una herida en mi corazón y creo que tardara en cicatrizar. Si Alex estuviera aquí conmigo, sé que ella estaría molesta conmigo porque me estoy dando por vencida, porque estoy permitiendo que yo misma me esté humillando, pero como ella no está aquí conmigo, no puedo dejar de hacerlo; no puedo dejar de repetirme que fui una estúpida, que fui una imbécil por haber permitido que entrara en mi vida y en mi corazón, y lo peor, fui una completa idiota por haber permitido que me humillara y rompiera en un millón de pedazos mi corazón.

Tenía la gran necesidad de estrellar mi cabeza contra la pared hasta que deje de sentir un resentimiento conmigo misma y no sé cuánto tiempo seguiré sintiéndome de tal manera. Escuche que tocaron la puerta de mi habitación, pero no tenía el humor necesario para hablar con alguien. Ni siquiera con mamá quería hablar. Ella me hará preguntas, preguntas las cuales no quisiera darles respuesta, pero aun así, tenía que estar al margen, no llamar la atención para que ella se percate de que algo anda mal. Ni siquiera quiero que Melanie se entere, pero es obvio que ella se va a enterar, Meredith es su amiga y las noticias de lo que ocurrió la noche anterior se van a extender y estarán en la boca de todos, de eso estoy muy segura. Salí de la cama, aún tenía la ropa de la noche anterior, pero no tenía cabeza para estar preocupada por mi apariencia, simplemente camine en dirección a la puerta y la abrí sin vacilar. Para mí (pésima) suerte, no era mamá quien estaba enfrente de mí, ni mucho Dylan o Melanie, si no la persona menos esperada. Louis.

—¿Qué estás haciendo aquí? — sé que él no tiene la culpa de que este de tan mal humor, pero no entiendo que esté haciendo aquí.

Louis traía puesto el uniforme del instituto, el cual consistía de unos pantalones negros de vestir, una camiseta blanca con una corbata roja y un chaleco por encima negro. Era terriblemente feo, pero por alguna razón a Louis se le veía de maravilla, quizá porque hace juego con sus ojos celestes.

—Tengo que hablar contigo.

Lo miré.

—¿No has ido al instituto?

—Es mi receso...bueno digamos que me salte clases, pero es porque es muy importante lo que tenemos que hablar.

Pegue mi frente en el marco de la muerta y levanté ambas cejas —: Acabo de despertarme, ¿qué no podría esperar? — para mi gran sorpresa, él negó con la cabeza. No quería estar mucho tiempo con Louis, por lo que accedí a hablar con él, me hice a un lado, permitiendo que él entrara a mi habitación y cuando lo hizo, cerré la puerta a mis espaldas y lo miré de frente — Te escucho.

Louis estaba mirando con detalle mi habitación, tal vez este sorprendido o quizás este acostumbrado a estar en lugares así de grandes como mi habitación. Louis me conoce a la perfección, y sabe que este tipo de sitios no son lo mío, o posiblemente olvido mis gustos y solo le gusto la decoración, sea lo que sea, no voy a matar mis neuronas por pensar en lo que él opina sobre mi alcoba.

El Libro Negro De Charlotte| EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora