2

2K 157 26
                                    



Desperté al cabo de unas horas en aquella impoluta habitación. Me había quedado dormida sin apenas darme cuenta, vencida por el cansancio. El olor a desinfectante me irritaba; así que me reincorporé, despacio por las heridas, hasta quedar sentada en la camilla. Mi intención era salir del camarote de curas pero, cuando mi pie rozó el suelo, lo aparté ahogando un quejido. Tenía las plantas de estos recién curadas y escocía cuando la fría superficie siquiera los acariciaba. Miré por las mesas que había repartidas por la estancia, en busca de algo con lo que cubrir los cortes y distinguí, entre tanta medicina y remedio, vendas gruesas. Estiré el brazo, cogí un par de ellas y rodeé mis pies con torpeza pero rapidez por la inquietud.

Probé de nuevo a posar un pie sobre el suelo y, aunque molestaba, podía caminar al menos pausadamente. Abrí con recelo la puerta de la sala y me asomé cuidadosa. Escuchaba voces, aunque a lo lejos, así que atravesé el umbral, cerré con temor a hacer ruido y me apresuré a caminar por el pasillo en busca de alguna salida.

En el ambiente había un aroma agradable que me inspiraba cierta calma, sin saber muy bien el porqué. Hacía un poco de frío pero no se estaba del todo mal. Caminaba con una mano sobre mi costado y cojeando por el suplicio que tenía abajo. Justo cuando iba a girar una esquina, Shachi chocó contra mi haciendo que cayese al suelo. Suerte que fui avispada y usé las manos y rodillas como escudo; aunque ya podía sumar otras dos rozaduras al total de lesiones en mi cuerpo.

-¡Lo siento!-El muchacho parecía preocupado-¡No te había visto!

Intentó ayudar a reincorporarme pero levanté una mano dando a entender que podía hacerlo por mi misma. Shachi contempló los segundos que tuve la palma alzada, la rozadura causada en ese instante y los cortes de hace unas horas. Me erguí con apuro por el retraimiento.

-¿Estás bien?

-Si-Dije tajante, muy desconfiada.

-No hace falta que estés en guardia conmigo-Por su rostro, parecía molesto-, no voy a hacer nada.

No respondí.

-¿Necesitas algo?-Preguntó rendido por la violenta atmósfera que el silencio había creado entre ambos.

Tardé unos segundos en responderle pero, finalmente, me atreví a entablar conversación:

-¿P-puedo usar la ducha?-Tenía las mejillas encendidas. La idea de asearme en el submarino de unos completos extraños, por no decir también piratas, me avergonzaba demasiado. ¿Y si espiaban sin darme cuenta? ¿Y si ocurría algo? Sin embargo, con urgencia necesitaba quitarme toda la suciedad de encima.

-S-si-Los pómulos de Shachi se tornaron de un color rosado-, está al final de este pasillo.

Señaló el corredor del que él procedía. Solté un efímero "gracias", que casi fue un susurro, y me apresuré hacia el baño.

———————

Shachi atravesó la puerta del comedor con expresión de felicidad. Todos los integrantes de la banda, incluido el capitán, estaban allí reunidos, almorzando. El muchacho se sentó en la mesa, en uno de los sitios que quedaban vacíos.

-¿A qué viene esa cara?-Dijo Penguin, movido por la curiosidad.

-Que mona es...-Musitó Shachi ignorando la pregunta de su compañero.

Law advirtió sus palabras y lo miró toscamente.

-Creo que a este memo se le ha ido la chapa del todo-Pinguin sacudió la mano delante de la cara de Shachi, el cual ni se inmutaba.

Cruce de caminos (Trafalgar Law x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora