Capitulo 1 (Versión extendida)

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Humano... ¿Te has preguntado que es lo que pasa en la mente de tu cachorro? , ¿No?, pues yo tampoco me he preguntado que hay en esa enorme cabeza tuya al utilizarnos para tu beneficio. ¡Los perros también tenemos sentimientos!
Yo creía fielmente en la humanidad hasta que me topé con algunos problemas y desde allí aprendí que quizá los perros somos indispensables para los humanos y no es por nada pero al menos yo lo soy para el mío, mi humano no llegaría a oler la cola de una hembra humana si no fuera por mí, nadie se resiste a los encantos del gran Patitas, deberían pagarme por ser tan bueno uniendo humanos ¡Oh! espera... ¡Ya si lo hacen! Debería cobrar con más salchichas por mi gran labor. En fin, yo siempre había soñado con una familia o alguien que cuidara de mi porque si, si humano, los perros también soñamos y por eso mismo Spike siempre decía "Compadre, al final del túnel se encuentra el hueso" y no sabía a qué se refería ya que en toda mi corta vida había tenido varios dueños, desde el más ciego (Literal) hasta el más acosador de humanas y por eso es que creo que mi vida está Patitas pa'rriba y como siempre ahí va ¡Patitas al rescate, podeeeeer perruno!

¡Oh! y antes de ir al parque con esa humana que huele tan bien, permiteme aullar algo...

"Quien crea que los perros somos adornos para bolso o guardianes de tiempo completo es porque no conoce mi historia"
¡Disfruten la lectura!*************************************************************************************************************

Lissa lloraba en un parque cualquiera, en realidad no le importaba el lugar en ese momento ya que habían más cosas en que pensar, principalmente en que su vida no iba como en esas historias que solía leer, la realidad le había enseñado que no todo se puede tener, así como hay personas ricas, también hay pobres, con hijos, sin hijos y personas malas que aparentan ser buenas.

¡¿Quien dice que una chica de 17 años no tiene problemas?!

Los adultos suelen menospreciar la vida cotidiana de los adolescentes y Lissa lo sabía perfectamente, de otra manera la historia habría comenzado de una forma diferente, ¿Cómo es eso que la gente obtiene a partir de cualquier edad?

¿Amigos? ¿BFF?

¡Nada!

La vida le dio el golpe bajo a tan corta edad, un golpe que la trajo a la realidad del mundo fuera de las cuatro paredes de su habitación, muchos creen saber tanto de la vida por el simple hecho de ser mas grandes que otros pero la edad no importa, la desgracia te pasara en cualquier lugar, a cualquier edad y a quien quiera.

Y eso lo entendió cuando descubrió que su "mejor amiga" tomo el puesto como roba novios del siglo y muchos dirán que ex exagerada la actitud que Lissa probablemente estaba tomando, sin embargo solo ella sabia las cosas con las que debía lidiar y aunque se encontraba llorando por la traición de su amiga, también lo estaba por las constantes discusiones con su hermana mayor.

Se encontraba perdida en sus pensamientos hasta que un golpeteo llamo su atención, alzó la mirada esperando encontrar algún chico hermoso de ojos azules y un traje de príncipe que tomara su mano y vivieran felices por siempre pero no, lo único que encontró fue un par de enormes ojos, la carita tan arrugada como si de una pasa se tratara, una pequeña nariz de color café y una lengua a punto de babear su mejilla.

"No llores si no quieres que Patitas lama tu rostro"

Leyó una y otra vez la curiosa frase que estaba pegada en el collar del pequeño perro pug. Se levantó con el animalito en brazos buscando al responsable que lo envió para alegrar su día, pero el parque estaba habitado únicamente por niños y ancianos a menos que algún ancianito de los que estaban alrededor lo haya enviado.

El perro se removió de sus brazos y costó mucha fuerza de voluntad dejar ir a ese tierno animal. Un suspiro hacia la nada deseando volver a verlo fue lo único que salió de sus labios después de tal escena.

¡Patitas al rescate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora