Capítulo 1

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-Creo que no nos oye. ¿Cuando va a despertar, doctor?- preguntó alguien. 

-Aún no lo sabemos. Necesitamos hacerle más análisis. De todos modos, usted tiene que estar tranquila, su hija está ingresada en uno de los mejores hospitales- dijo el que vino a ser el doctor.

¿Estaba ingresada en un hospital? ¿Por qué? ¿Qué había pasado?  ¿Esa era mi madre?

Intentaba con todas mis ganas hablar. Chillar. Pero no podía. Nadie me escuchaba. Intentaba mover mi brazos, mis piernas, pero todo lo que intentaba hacer era en vano. 

Escuché cerrarse la puerta. Mi supuesta madre había salido. El doctor me estaba acomodando las piernas hacia arriba. Intenté abrir los ojos, pero no pude. Lo veía todo negro. Lo único que podía hacer era sentir y escuchar. Recobrar información. No recordaba nada.

¿Cómo me llamaba?  ¿Quién era yo?  ¿Cuántos años tenía?  

Millones de preguntas inundaron mi mente. 

Alguien entró de nuevo en la habitación. La puerta se volvió a cerrar. 

-Doctor, ¿cuando le van a hacer los análisis? - volvió a preguntar la misma voz que antes.

-Se los haremos pronto. Aunque, como ya le dije, su hija está en coma. Esperemos que despierte pronto. Ha sufrido un grave accidente. 

-¿Pero se pondrá bien, no es así?- preguntó esa voz femenina. 

-Esperemos que sí. No se preocupe. Hay muchos casos como el de ella. Creo que usted tendría que ir a casa a descansar. Lleva toda la noche sin dormir. Eso no es bueno para el estado físico. Es mucho cansancio.

-Lo sé..., pero es que verla allí tumbada...- se le cortó la voz a la mujer. Unos simples sollozos se escuchaban en toda la habitación - en esa cama de hospital..., inconsciente...No se si superará esto - finalizó llorando. Me pude imaginar a una sensible mujer delante de mí, llorando.

-Claro que lo superará. Miriam es fuerte. Ahora vaya a descansar, se lo ruego - el doctor salió de la habitación, dejándome a mí y a mi madre a solas. 

Con que me llamaba Miriam... qué bonito nombre. -Claro que lo superaré, tranquila mamá- Decía en mente. No conocía de nada a esa mujer, pero escucharla llorar a mi lado hacía que se me rompiera el corazón. Intentaba con todas mis fuerzas gritarle, decirle que estoy bien, que no se preocupase. Pero todo era en vano. No podía hacer nada. 

Ella tocó mi vientre suavemente y susurró algo casi inaudible - Te quiero mucho, Mir, no lo olvides por favor - y con eso concluyó antes de salir de la habitación y cerrar la puerta tras de sí.

Tristeza me inundó. 

Me encantaba ese apodo... Mir... sonaba tan cariñoso... tan amable... como en casa. Acogedor. 

Mentalmente empecé a sollozar. Esto no podía estar pasando. ¿Por qué a mí? ¿Por qué a mí me tiene que pasar todo esto?

_______

Alguien entró en la habitación despertándome de mi dulce sueño. 

Ya no recuerdo lo que soñaba. 

Unas manos frías me tocaron las manos, y en un rápido instante, noté un pinchazo. 

Alguien me estaba cambiando los medicamentos. Supongo que era la enfermera. 

Después de varios pinchazos y movimientos bruscos, salió de la habitación cerrando la puerta de un portazo. 

Pasaron unos minutos y el sueño volvió a invadirme.

_______

-¡¿Qué es esto?!  ¿Por qué no me llamaste cuando te enteraste? ¡¿Por qué diablos no dijiste nada?! - gritaba una voz femenina. No era la misma voz que la de la mañana, la de mi triste madre. Era una voz aguda, que hacía resonar toda la habitación.

-Tranquilízate, solo esperaba a que llegaran los resultados. Te iba a llamar más tarde - dijo la que vino a ser mi madre. La reconocí de inmediato por la voz. 

- ¡¿Que ibas a llamar más tarde?!  ¡¿No te parece ya bastante tarde?! ¡También soy su madre! ¡Creo que tengo derecho a saber lo que le pasa a mi niña! - gritó la otra mujer. 

- Gracias por cuidarla todos estos años, mientras yo no pod- mi madre fue interrumpida.

-¡¿Crees que un simple gracias lo va a arreglar todo?! ¡La dejaste tirada durante años, me la encontré en la calle y la crié por mi cuenta, hasta que un día apareces tú y te la llevas, como si nada hubiera pasado! - la irritante voz de la otra mujer ya cansaba. Se escucharon unos sollozos. 

-Sabes los problemas que tenía, su padre murió. Yo estaba desconsolada, había perdido al amor de mi vida. Sabes que estaba borracha cada día, y de esa noche no me acuerdo- mi madre intentaba mantener la calma. Pero unos sollozos seguidos de lamentos inundaron el silencio que ahora había en la sala. 

¡¿Yo tenía dos madres?!  ¿Mi madre biológica me había dejado en una noche de borrachera?

¿Qué es esto? ¿Por qué mi vida se tiene que complicar tanto? 

- Siento que hayas tenido que cargar con ella todos estos años. Mientras yo no estaba- volvió a recobrar la voz mi madre. 

- Siento yo haberme puesto así. No debería haberte juzgado, Rose- dijo la voz femenina irritante. Aunque esta vez en son de paz. De tranquilidad. 

-Tendría que haberte llamado desde el principio, lo siento Clear- dijo Rose, mi madre biológica. 

Escuché como se abrazaban, secándose las lágrimas cada una. 

Esto era un gran lío. 

Tenía dos madres y mi padre había muerto. ¿Tenía padrastro?

Intenté consolarlas, pero era en vano, no podía ni moverme, ni gritar, ni nada. Eso me deprimía. 



En estado de shock, amnésicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora