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Otro día más, la oficina me trae de arriba para abajo; primero que tenía que preparar los hoteles para reuniones con los socios inversionistas. Después me informaron que Martha se haría cargo de ello, lo cual me dejó un poco o más bien bastante preocupada.
Había quedado de almorzar con Kevin y ahora le quedare mal porque debo ir a una junta con los socios. ¿Querías trabajar de administradora yen? Pues ahora te aguantas.
Balances, estados de pérdidas y ganancias junto con gráficos me acompañaban en una carpeta amarilla. Estaba lista para empezar con mi discurso de última hora donde lo había elaborado en menos de un minuto. ¡Oigan, tiempo record! Comenzó a llegar todo el mundo y debo decir que estoy algo nerviosa, se supone que ahora me dirían si mi propuesta fue aceptada. También estaba el hecho de que Evans estuviera molesto por lo de anoche. Yen ¿porque siempre tienes que meterte donde no te incumbe? Solo espero que eso de verdad no interfiera con el trabajo, y al menos haya leído los papeles de lo contrario todo sería en vano.
-Buenos días señores.-
Llegó el tormento de mis pensamientos de las últimas horas de mi vida.
-¿Lista señorita Carvajal?- asentí. Siempre estaba lista.
Comencé con mi discurso. Estaba cien por ciento preparada.
-Como ya antes les había mencionado, el proyecto de los hoteles, me gustaría que vieran como prueba los gráficos del hotel ubicado en Puerto Rico. En ellos se muestra claramente como las ganancias son bastante notorias desde que el pequeño zoo se construyó en él.- dije sin rastro de duda, yo era decidida, seria en momentos de negociar de hecho era muy buena en el mundo de los negocios.
Cada uno de los presentes estaba sorprendido, claro a excepción de Evans. Qué raro (nótese el sarcasmo). Continué hasta que di por concluida mi ponencia dejando que cada accionista diese su punto de vista.
-Tú y yo tenemos que hablar.- me susurró Evans discretamente al oído cuando todos murmuraban sobre mi presentación.
¿Cuándo fue que se acercó lo suficiente a mí? Su acercamiento hizo que me estremeciera. ¿Será que se molestó? Ba, eso es obvio ¿Estás loca? Quizá solo estoy siendo paranoica y quiere hablarme de sobre el contrato que deje en su sofá después de cerrarle la puerta en la cara. ¡Maldición! Que no rechace la propuesta, sé que es mucha responsabilidad adoptar una nena pero, Melanie vale la pena y vale mucho. Sin que me diera cuenta estaba recibiendo felicitaciones, la verdad no sabía que estaba pasando hasta que Kevin llego y me dio un abrazo algo asfixiante.
-¿Qué pasa? ¿No estás feliz?- preguntó. Parpadee varias veces para poder aclarar mis pensamientos y descifrar el porqué de tanto afecto. Sonreí.- Espero que estés muy orgullosa, casi nunca aceptan propuestas tan arriesgadas.- continuó diciendo.
Entonces caí en cuenta de que habían promovido mi proyecto, no lo podía creer, mi sonrisa creció aún más casi como la del gato rizón de Alicia en el País de las Maravillas. Abrace a Kevin con todas mis fuerzas y nos reímos como locos descerebrados.
-Bien señores eso es todo, esperemos las ganancias en un par de meses.- anuncio Evans.- Señorita...- dijo tomando mi brazo cuando hice ademan de salir también. Resignada voltee a verlo.
-Dígame señor.- trate de mostrar una sonrisa pero fue una mueca. Me miro sin ninguna expresión en el rostro. Como siempre. Esperó a que estuviésemos completamente solos.- ¿Podría ser tan amable de soltar mi brazo?- añadí cuando note que no dejaba de hacerlo. Inmediatamente me soltó. Al parecer él tampoco lo había notado.
-Debemos de hablar sobre lo de anoche.-
¡Maldición! Mi cara volvió a ponerse roja con el hecho de solo recordarlo y es que había sido una completa estúpida.
-Sí, bueno con respecto a eso...-
-¿Por qué te fuiste así, sin más?- frunció el ceño.
-¿Qué quería? ¿Qué me quedara a ver semejante escena?- solo pensarlo hacia que mi estómago se revolviera.
-¿Qué hacías en mi casa?- pregunto serio.
Oh, oh creo que ahora si está molesto. Santísima madre por favor que no me despida ¡No! Que no cancele el trato.
-Tenía que llevarte los papeles donde especificaba el asunto sobre Melanie.- dije algo cansada.- esa niña es muy especial para mí, no puedo darme el lujo de perder el tiempo. Aunque por lo que vi anoche, parece que cambiaste de parecer.
Permaneció serio. Muy serio, hasta yo lo hubiese estado si alguien hubiera irrumpido en mi casa y arruinado un acostón con la despampanante rubia que se encontraba junto a él. Así es, lo que yo vi anoche fue una escena bastante bochornosa de Evans sin playera y la rubia en sostén. Caminó hacia una de las sillas de la sala de juntas y se sentó con su mano izquierda en su quijada. Me miro por lo que pareció un siglo.
-¿Realmente creíste que por eso iba a cambiar de opinión?-
No supe que responder, eso ¿era bueno o malo? Porque me tiene totalmente confundida.
-Interrumpí lo que probablemente hubiera sido la mejor noche de tu vida con esa rubia. ¿No es así?- digo algo esperanzada.
-No.- dijo caminando hacia mi.- Eh tenido mejores. Toma, te alegrara el día y te quitara el mal sabor de boca.
Me entregó un sobre amarillo y se fue sin decir nada más. Me quedé ahí parada sin hacer o decir nada. ¿En realidad me casaría con él? Hacerlo implicaría casarme con su mal genio, con su bipolaridad y todo lo que conlleva. ¿Cómo fue que elegí atarme a un hombre que no necesito solo para adoptar a una nena? Fácil, esa bebe es mi vida. Tome el sobre y lo abrí, ahí en medio de la sala de juntas.
Con forme levaba la lectura me daba cuenta que en verdad no sabía de qué se trataba, hasta que mire el articulo IV "el matrimonio se llevara a cabo dos meses después de haber firmado este contrato. Cuando el plazo del matrimonio termine, el divorcio será efectuado con el consentimiento de ambas partes donde, los bienes que se hayan adquirido no serán divididos. Si el matrimonio ha adoptado un hijo, la custodia de éste pasará automáticamente a la madre..."
Deje de leer cuando concluí que Evans había aceptado adoptar a Melanie junto conmigo. Mi felicidad era notoria, no podía cubrir la enorme sonrisa que tenía en el rostro, de verdad todo era fabuloso, esto sí que me alegró el día. Bien, eso era un gran paso, ahora solo me falta casarme para poder adoptar a mi Meli.
-Por cierto, puedes tomarte el resto del día libre.- dijo Evans sentado cómodamente en la silla giratoria donde siempre se sienta en las juntas.
¿A qué hora llego? Es más ¿Qué no se había ido? Da igual, iré a ver a mi bebe hermosa.

Adoptando Un FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora