Restableciendo El Clan Uchiha

-Ahh- volvió a suspira con un sentimiento de ansiedad y desesperación, pero es que la verdad así se sentía: Desesperado y ansioso

-Cálmate Teme, que vas a hacer un agujero en el piso si sigues asi- hablo un rubio ojiazul con tres graciosas pero tiernas marcas en sus mejillas- Van a estar bien, Sakura- chan es fuerte y además ya paso por esto antes y en peores condiciones para serte sincero; asi que tranquilízate ¡Que estas empezando a Marearme Dattebayo!

-Tu estuviste igual o peor cuando nacio Himawari Dobe- Hablo recordando un Azabache ojionix- Asi que no me digas que me calme si sabes lo que se siente; y si ya paso por esto pero solo nacio uno y no dos- finalizo viéndolo el Azabache.

Y es que si Sakura antes Haruno ahora Uchiha, estaba dando a luz a dos pequeños bebes que pasaran a formar parte de una nueva generación no solo en la familia Uchiha sino también en el mundo Ninja.

Su venida fue anunciada a todos sus amigos y familia en una "Pequeña Reunión" de cumpleaños del ex-desertor de la aldea Sasuke Uchiha.

Y ahora 8 meses después ahí estaba el, dando vueltas en el pasillo de la sala de espera del área de partos del hospital de Konoha, acompañado de su Mejor amigo y Séptimo Hokage de la Hoja Naruto Uzumaki, Su antiguo sensei Kakashi Hatake y su Hermosa Hija de 12 años Sarada Uchiha.

-Vamos Sasuke tranquilízate, Naruto tiene razón no tienes nada que temer, van a estar bien- dijo al fin Kakashi cerrando su típico libro de ahora tapas azules.

-¡SHANAROO!- el típico grito de Sakura rompió el extraño silencio en el que habían estado sumidos hace apenas unos momentos; poco después de ese grito, un estruendoso llanto fue el encargado de llenar el pasillo y después de varios minutos fue acompañado de otro igual de fuerte.

Sasuke y sus acompañantes voltearon a verse sorprendidos y con una sonrisa en sus rostros.

Las felicitaciones no se hicieron esperar. Naruto corrió y abrazo a su mejor Amigo y le golpeo la espalda amistosamente mientras que Kakashi abrazaba a Sarada mientras reía feliz porque la familia de dos de sus alumnos se expandía cada vez más.

A l poco tiempo, Shizune salió  de la sala de partos con su típica ropa esterilizada en tonos azules y con una sonrisa en su rostro.

-Felicidades Sasuke-kun, todo salió de maravilla, pueden pasar Sarada-chan y tú, Sakura los quiere ver y alguien más conocerlos.

Sin más que decir Sarada y Sasuke se miraron y casi salieron corriendo hasta el lugar de donde hace poco había salido la pelinegra.

Y al entrar se encontraron con una de las escenas más hermosas que pudieron haber visto en sus vidas y que nunca iban a poder olvidar: Era Sakura con dos bultitos acomodados en sus brazos, ella a pesar de todo se encontraba Hermosa en todo el sentido de la palabra, su cabeza ladeada y su corto pelo acomodado, sus ojos jade más brillantes que nunca tal vez por las lágrimas que amenazaban por salir de ellos, eso complementado con que la luz de la puesta de sol le daba en el rostro. Lo hacía cien veces mejor, más Perfecto.

Ni Sasuke ni Sarada sabían cuánto tiempo se habían quedado parados contemplando a la Mujer más importante de sus vidas, pero Sakura, también apenas percatándose de la presencia de su esposo e hija les sonrió con ternura y gracia al verlos ahí parados en la entrada de la habitación con sus ojos abiertos y en el caso de Sarada con pequeñas lagrimas acumulándose en sus bellos orbes obscuros como las noches frías del invierno iguales a los de su padre, que siempre fueron la causa de su enamoramiento hacia el unico sobreviviente del clan Uchiha.

-Hey, Hola- saludo Sakura en un susurro cansando apenas audible, pero que ambos Uchihas alcanzaron a percibir.

-Ho- Hola Mamá ¿Co-Como te Encuentras?- pregunto Sarada con torpeza saliendo del trance en el que se encontraba.