Nadie más que tú.

1. Él.

Día: 14
Mes: junio
Año: maldición, ¡ni siquiera sé donde mierda estoy!.
¿Por qué los días son cada día más largos? (O eso siento yo). Apenas es medio día y creo que llevo una década en este salón. Todo es aburrido, y más aún cuando no tienes amigos. Pero, ¿de qué me preocupo?. Aquí todos desean mi maldita muerte, e insisten en que me suicide de una vez.
Mierda, ya van a empezar...
-Benjamín: ¿Que pasa Gabriel?, ¿te quieres cortar otra vez?, ¿no crees que es mucho ya? -Hace una pequeña risa de burla-.
-Valentin: ¿Cuando vas a entender que no le importas a nadie?, vas a morir solo, ni a tu familia le importas un carajo. Suicidate ya hijo de puta.
(Sigo sin entender como los profesores no los escuchan)
-me quedo callado-
- callate, ¡dejame tranquilo un maldito momento!
-toca el timbre del almuerzo-
Ahh, ahora el peor momento del día...
Gracias dios, gracias a ti por darme un año de mierda (¿por qué digo esto, ni siquiera creo en él).
Bueno... No queda de otra.
-Tomo mi almuerzo y lo llevo a los microondas-
Auch, ¡joder está muy caliente!
Almuerzo de mierda, también tienes qué arruinar todo.
Voy en camino a mi salón, aparece una chica gritando. Me mira y se me acerca.
-¡Oye! Tú, si tú. A ti te gusta suicide room, ¿verdad? ¡a mi también, me encanta! Deberían existir más personas como tú. Bueno, eso... ¡nos vemos!.
Ella, no me dejo decir ni una palabra, me hablo como si fuese su amigo de toda la vida... Y se retiró con unos ojos y sonrisa muy brillantes.
Fue una mala impresión, una muy mala, pero ella...
Parece ser única en este mundo.