Capitulo dieciséis: 'Revelaciones del corazón'

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"–Si tienes alguna duda, puedes preguntarle a ella. –Dijo el profesor Graham señalando a la joven que estaba frente a él mirándolo con una sonrisa amable.

-Mucho gusto, soy Emily Evans. –Se presentó la castaña extendiendo su mano. –Soy la delegada de la clase, si tienes alguna duda no lo pienses y sólo acércate y dímelo.

El chico rubio simplemente se quedó ahí, estático en su sitio mirando sin expresión alguna la mano delicada de la joven que estaba extendida hacía él.

-Ejem, Nicholas, la señorita Evans te está saludando. –Le dijo entre dientes el profesor codeándolo, pero el joven ni siquiera se inmutó. –Discúlpalo, es que es algo tímido.

-No hay problema. –Le contestó Emily y le sonrió dulcemente. –Bienvenido a la Academia Mistery, Nicholas. Espero que seamos buenos amigos.

Los ojos grises de él, y los ojos azules de ella, se cruzaron... Pero nunca imaginó que aquel encuentro fuera el comienzo de toda una historia. "

*Narración en tercera persona.

-Así que eso fue lo que escuchaste... -Dijo Ángel sentado junto a la pelinegra, ambos estaban frente a un riachuelo. Cuando Jasmín se había calmado un poco, el castaño se la llevó a ese lugar, así estarían lejos de la gente y ella podría descansar.

-Sí... -Fue lo que respondió la pelinegra. Ángel volteó y la observó, sus ojos estaban rojos y un poco hinchados por el llanto, su piel se veía pálida, pero lo peor de todo... Era la expresión que tenía en ese momento. Jasmín siempre se veía animada y llena de energía, pensando todo el día en comida, cualquiera diría que no tenía ninguna preocupación, pero ahora... La mirada tan rota que mostraba en ese momento lo hacía sentir miserable, y no sabía qué hacer para animarla.

-Eso explicaría muchas cosas. –Le dijo el castaño apoyando sus codos en sus rodillas. –Tal vez... Tus padres biológicos pertenecieron a la misión en la pasada generación... O tienen algo que ver con las dimensiones.

-Tal vez... -Murmuró frágilmente la pelinegra mirando a la nada. –Pero eso no me importa ahora. –Giró su rostro y clavó sus ojos en los de él haciendo que el corazón de Ángel se encogiera un poco. –No puedo creer que mis padres me hayan mentido. –Dijo, y su voz se empezó a quebrar nuevamente, lágrimas se asomaron por sus ojos y ella enterró su rostro en sus piernas mientras abrazaba sus rodillas fuertemente.

Ángel frunció levemente el ceño sintiéndose abrumado por no saber qué hacer, estiró su mano hacía ella y se detuvo antes de tocarla, dudando si debería hacerlo o no. Al final, posó su mano en su espalda y comenzó a acariciar su espalda suavemente con la esperanza de que esto la hiciera sentir mejor.

-Tranquila... -Le dijo con suavidad mirándola, aunque ella tenía oculto su rostro en sus piernas. –Ellos lo hicieron para no hacerte sufrir.

-Lo sé, pero no sé qué me duele más. –le contestó con las voz amortiguada por las piernas. -Que me hayan mentido todo este tiempo, ocultándome la verdad... Mi papá incluso se pintaba el cabello de negro para que no sospechara. –Soltó un pequeño sollozo para luego continuar. –O enterarme que mis verdaderos padres me habían abandonado... ¡Abandonado, Ángel!

-Tranquila... -Susurró el castaño sobando su espalda queriendo darle ánimos. –Llorar de esa manera no va a solucionar nada.

-Tú no me puedes entender. –Le dijo Jasmín sonando un poco irritada, pero Ángel no dejó que el tono de su voz lo molestara, de todas formas, él sabía que ella sólo necesitaba desquitarse con alguien, no es que realmente quisiera comportarse así. –Tú nunca entenderás lo que se siente el que te hayan abandonado.

LAS DOCE DIMENSIONES OCULTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora