I Knew I Loved You ~Camren

Capítulo II: "Camila Cabello"

Capítulo II.

Narra Camila.

Un punzante dolor de cabeza golpea mi cerebro cuando abro los ojos, la luz que pasa a través de la cortina encandila mis ojos y maldigo por lo bajo. Si hay algo que odio es la resaca, las punzadas en mi cabeza son potentes y seguidas. Pum, Pum, Pum. Mi garganta está completamente seca y muero por beber un poco de agua. Miro a mí alrededor y caigo en la cuenta de que estoy en la cama con un hombre.

Mierda, Mierda, Mierda. No logro recordar si ese imbécil uso protección, me levanto de inmediato y comienzo a vestirme, tomo una almohada entre mis manos y se la lanzó al hombre que está roncando.

"Hora de irse." Digo fuerte y abro la cortina para que la luz solar ilumine la habitación, el hombre que desconozco por completo gruñe molesto y le lanzo una almohada por segunda ocasión.

"¿Estás sordo o tienes mierda en el cerebro? ¡Te quiero fuera de mi casa, ahora!" Exclamo con un tono fuerte y masajeo ambos lados de mi cabeza para intentar parar esas punzadas sin apartar la vista de aquel desconocido que ha comenzado a cambiarse y a maldecir.

Tomo un poco de aire y lo dejo escapar a través de mi boca, necesito ir a la farmacia de inmediato, espero a que el imbécil con el que me he acostado salga de mi habitación y me siento en la orilla de mi cama, levantó la cabeza mientras mis ojos contemplan el techo.
"¿Qué estás haciendo Camila?, ¿Qué estás haciendo?" Murmuro para mí misma tallado mi cara con ambas manos, suspiro fuertemente y tomo mi celular para revisar mi agenda. Inmediatamente me doy cuenta de que tengo 3 días libres antes del último concierto de la gira, solo 3 días más y podré descansar un poco, se que Dinah y Normani piensan que las drogas las tomo simplemente por diversión pero la realidad es que las necesito para poder hacer frente a la vida llena de estrés que llevo, no puedo pasar un día sin sentir el efecto relajante que me da fumar un poco de marihuana o el efecto de alguna pastilla que me hace olvidarme de toda la mierda que tengo dentro aunque sea por unas cuantas horas. Alejo esos pensamientos de mi cabeza y salgo de mi habitación encontrando un desastre por toda la casa, cosa que no me sorprende en absoluto, paso a través de todos los vasos tirados en el piso, las pastillas tiradas en la alfombra y unas cuantas personas por aquí y por allá, hago una llamada rápida para que limpien todo el desastre y salgo de mi casa para dirigirme hacia la farmacia, me pongo unos lentes oscuros y subo a mi auto.
Ruego porque nadie en la calle logre reconocerme y funciona, de verdad debo tener una apariencia asquerosa. Entro a la farmacia en busca de una pastilla anticonceptiva y compro bebidas energéticas para poder recuperarme un poco, un vez que pago por las cosas la cajera me mira de manera extraña me apresuro a salir del lugar, abro la puerta sin mirar hacia el frente cuando choco con alguien y la bolsa donde llevo lo que recién compre cae al piso.

"Mierda, ¿por qué no te fijas? Estúpida." Grito y Cierro los ojos intentando controlar las punzadas en mi cabeza.

"¿Yo? fuiste tú quien abrió la puerta de esa manera, ya veo que la cruda es fuerte ¿no es así?" Esa voz, se que la escuché anteriormente, me quito los lentes y abro los ojos, la chica de los ojos esmeraldas esta frente a mí.
Mi querida vecina, la que el día de ayer tenía unas ojeras enormes bajo los ojos y a pesar de ello lucia tremendamente atractiva. Si por supuesto que la recuerdo, estaba drogada pero no lo suficiente como para olvidar a ese bombón.
Y hoy no es la excepción las ojeras aún están bajo sus ojos pero se ve mucho más despierta, el extraño brillo que desprenden sus ojos verdes un par de ojos de ensueño hace que me quede callada por un par de segundos sin ser capaz de despegar mis ojos de los suyos.

"¿Me vas a dejar pasar o te quedarás mirándome embobada?" Pregunta ella alzando una de sus cejas lo que provoca que regrese a la realidad y suelte una risa fingida.