Tras la tercera voltereta, se cansó y decidió ir a por otro entretenimiento.
-¡Al columpio, al columpio!-exclamó la niña.
Reía sin cesar.
-Más fuerte!-gritó divertida mientras su madre la columpiaba.
Al quinto impulso, un impulso hacia las estrellas.
La imagen se esfumó.
Era un día nuboso. El cielo estaba gris y había llovido. Una niña mayor estaba sentada delante de su escritorio, con un cuaderno abierto delante suya, sin nada escrito en él.Tomó un lápiz y comenzó a escribir.
Mientras, unas pequeñas gotas comenzaban a caer sobre el cristal de la ventana, nublándolo todo de nuevo.
Un largo pasillo iluminado se extendía ante la chica, prácticamente adulta. No se podía ver el final. Posiblemente no lo tenía. ¿O sí?
Con decisión, dió un paso hacia adelante y comenzó a caminar.
Pero algo empezó a fallar. Una inseguridad angustiante la comenzó a invadir.
Redujo la velocidad de sus paso y la luz empezó a atenuarse. Algo de seguro no marchaba bien.
La confusión iba creciendo y creciendo, y todo se tornaba oscuro.
Al final, paró. La luz se apagó por completo y se oyó un grito.
Oscuridad impecable.
Otra vez en su habitación. Esta vez el día era soleado. Una pluma iluminada por los brillantes rayos solares, esperando a rozar el suave papel blanco cuanto antes.
Unos ojos negros como el carbón intentaban enfocar la punta de la pluma a contraluz.
Justo cuando iban a lograrlo, despertó.
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Poemas De La Libertad En Persona #BlueAwards2017
Poesia¿Qué es la poesía si no la libertad en persona?