Capítulo 12

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Me desperté notando unas suaves caricias en el pelo. Perezosamente abrí los ojos para encontrarme sobre el pecho de Severus. Me separé un poco para verle a los ojos.

-Buenos días.-Dijo con una sonrisa.-Siento tener que despertarte, pero en una hora deberíamos estar partiendo hacia Hogwarts.

Muerta de vergüenza asentí con la cabeza rezando por no tener la apariencia de zombie que me caracterizaba por las mañanas. 

Me levanté de la cama y me agaché para coger mi varita, que seguramente acabó tirada por el suelo al igual que mi vestido. A pesar de no haber llegado hasta el final me sentía muy avergonzada y algo más cercana a él. 

- ¿Tú no te vas a levantar?-Le pregunté al ver que no se había movido.

-No tengo prisa.-Dijo con una sonrisa burlona.

-¿Te importa que te la devuelva luego? -Dije refiriéndome a la camisa del pijama ya que después del baile no quería ponerme el vestido hasta que estuviese limpio.

-Claro, haz lo que quieras con ella. Nunca la uso.-Dijo todavía tumbado en la cama mirándome.

-Gracias, ¿Puedo darme una ducha? 

-Por supuesto. Siéntete como en tu casa.

Me dirigí al baño donde me desvestí y me duché. Cuando salí sequé mi cuerpo y cabello con un hechizo y con otro transmuté la camisa de pijama en un vestido hasta las rodillas y de manga al codo de color negro. Podría haber hecho lo mismo con el otro vestido y limpiarlo con  un fregotego, pero me gustaba demasiado llevar su camisa del pijama.

Cuando salí en la habitación solo estaba Toby.

-Princesa, el amo me ha pedido que le lleve a tomar el desayuno mientras él se baña.-Dijo con amabilidad. 

-De acuerdo.

Bajamos juntos las escaleras y me senté en la sala donde había una mesa con varias sillas en las que no había reparado la noche anterior.

-¿Qué desea tomar?

- Un café con leche sin azúcar y algo de fruta.

El elfo asintió ante mis palabras y desapareció. En unos pocos minutos apareció Severus sentándose en frente mía. Llevaba puesta una camisa negra algo ajustada con unos pantalones a juego que le sentaban de maravilla. 

-¿Qué tal has dormido?-Preguntó tranquilo.

-Bien, ¿Y tú?-Respondí extrañada, ya que no sabía cómo sería a partir de ahora nuestra relación.

-Mejor que nunca.-Dijo con una media sonrisa que me hizo sonrojar.

En ese momento apareció nuestro desayuno delante nuestra. Severus tenía delante un par de tostadas con huevos revueltos, bacon, un cuenco de fruta y un café. Delante mía había un cuenco con manzana y fresas cortadas junto a un café.

-¿Sólo eso? Deberías desayunar mejor.-Dijo con desagrado.

-¿Qué hora es?

-Las ocho de la mañana.

-No puedo tomar casi nada tan temprano. No estoy acostumbrada.-Le respondí con calma.

-¿Ni siquiera en Hogwarts? Te he visto y llamar desayuno a lo que tomas es una falacia.

-Si desayuno algo más puedo vomitar, además, no quiero coger peso.-Dije encogiéndome de hombros.

-Por merlín, no te imaginaba como una de esas niñas obsesionadas con su peso. De hecho no pasaría nada si cogieses algún kilo.

¿volver a amar? (Severus Snape y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora