Parte 1

32 8 8
                                    

En carne propia estoy viviendo mi tortura que va muy despacio tanto que lo siento hasta el alma, me eh preguntado tantas veces ¿Cómo sería mi vida si nunca hubiese cruzado esa puerta? ¿Estaría mejor? Ahora estoy en un centro psicológico cumpliendo una sentencia obligatoria, los demonios no dejan de decirme cosas espantosas ya no los quiero tener en mi cabeza pero ellos se retractan a no irse les gusta verme sufrir y gritar de desesperación por una salida ¿merecía esto? Creo que nadie lo merece.

—Sehun hora de tomar tu medicina—

Como si todo diera vueltas cada cosa que se acaba volvía a la misma rutina, tomar una pastilla para dormir la droga era muy efectiva así me mantenían en calma fuera de peligro según ellos.

Me senté en mi pequeña cama y tome una pastilla la misma enfermera me dio el vaso con agua trague como ella quería y luego se fue dejando la puerta cerrada detrás de ella. En menos de unas horas saldría comer algo y deambular por los pasillos.

Me tumbe en la cama y me quede allí por un tiempo sentí lagrimas caer por mi rostro ¿Cómo había llegado hasta este punto? Me sentía miserable como un prisionero encarcelado al menos ellos tienen sus años ¿Qué hay de nosotros?

El seguro de la puerta automáticamente se abrió era hora de comer, teníamos tiempo para salir a los pasillos o al jardín solo si te portabas bien las personas que rompían esa regla es posible que ni siquiera comían por una semana me sentía tan mal por ellos.

Sali de mi jaula y fue directo a la cafetería no era muy grande pero servían cosas deliciosas, estando allí pedí cualquier cosa a mi antojo todo era tranquilo, aburrido ¿podría algo cambiar? En esta situación nada es esperanzador ni siquiera mi propia familia había venido haberme en meses me habían olvidado por completo ¿Qué estarán haciendo? ¿Estarán feliz sin mí? ¿Alguna vez me extrañaron o al menos pase por su mente? Tantas preguntas pasaban por mi mente pero no tenía respuesta.

El jardín era hermoso lo único bonito que podía observar de todo esto las personas todas vestidas de blanco parecía estar en el cielo o quizás había muerto aunque prefería eso en vez de otra cosa, todos estaban mal sus mentes ya no eran las misma algunos hablaban solos otros se golpeaban ellos mismo pero yo, yo me sentía bien era "normal" ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuándo podré salir? Quiero irme no pertenezco a este lugar por favor ayúdenme, se los ruego.

Mientras mi mirada estaba fija en el césped mi mente estaba en otro lugar pensando en mi propia muerte el suicido se estaba volviendo en un opción necesaria no podría vivir aquí ni un segundo más.

—Hola— una voz me saco de mis pensamientos para mirarle

—Hola— aquella persona era un chico algo de mi edad estaba con una sonrisa en su rostro ¿Por qué estaba así? ¿Qué sentido tiene estar feliz en un lugar como este?

—Soy nuevo, ingrese hoy— seguía con su sonrisa en el rostro

— ¿Eso te alegra?— pregunte incrédulo

—Eres la primera persona que me contesta créeme nadie me escucha aun si cuento una historia no muy divertida—

El sonido de una campana retumbo por todo el lugar era hora de encerrarnos hasta el siguiente día.

— ¿Qué es ese sonido?— pregunto él observando a todos moverse de sus lugares.

—Hora de dormir— me levante de mi puesto

—Pero aún es temprano— se levantó segundo después de que yo lo hiciera

—Aquí no importa la hora solo importa tenernos encerrados para no malgastar más sus tiempos—

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 20, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Finding my pastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora