EPILOGO

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Me llamo Alaska Smith, mido un metro setenta y cinco, soy de piel blanca, ojos azules y larga melena de color castaño, no creo que sea guapísima, pero tampoco me considero fea, mi cuerpo es normal. A veces tengo un carácter fuerte, pero en mi interior soy bastante tímida, aunque dadas mis circunstancias tengo que ser dura.

Veréis, dentro de tres días cumpliré los dieciocho años y legalmente seré libre al fin.                            A los dos años a mi hermano, Jacob y a mi nuestros padres nos abandonaron en este orfanato, mi hermano y yo eramos inseparables, ya que la vida aquí es bastante dura, a los cinco años conocí a mis mejores amigos, unas personas increíbles que desde el primer momento supimos que estaríamos siempre juntos. Emily Olsen era, ya con cinco años la niña mas dura que había visto, recuerdo aquel día en el que un niño mas mayor que nosotras me quito mi ración de comida, recuerdo que yo lloraba y entoces ,Emily empezó a insultar a aquel chico con palabrotas que yo jamas había oído, le dio una patada y cogió el plato de comida de las manos de aquel niño abusón que en ese mismo momento estaba llorando y se dirigió a mi con una sonrisa simpática y me devolvió mi plato, desde ese momento nos volvimos inseparables. 


Meses después apareció un niño en el orfanato de nuestra misma edad, se llamaba Brandon Evans , lo veíamos muy triste y casi ni comía. Unos días después nos enteremos que aquel niño acababa de perder a sus padres y no tenia mas familia. Así que Emily y yo decidimos visitarlo a su habitación. Al principio no quería hablar con nosotras, pero después se abrió con nosotras y llorando nos contó todo mientras nosotras le abrazábamos y a partir de ahí los tres fuimos inseparables.


Pero cinco años después, cuando teníamos diez años, adoptaron a mi hermano una familia bastante rica y que vivían en la otra punta del país, sentía un dolor profundo dentro de mi, el se iría y yo me quedaría aquí, nos separarían. no podía parar de llorar mientras veía como hacia las maletas, el se giro y también empezó a llorar, me abrazo y me dijo unas palabras que en ese momento me dieron la mas máxima esperanza y alegría, que nadie podría creer que años mas tarde crearían una profunda tristeza y una inmensa rabia en mi.

- No llores mas pequeña, por favor, no puedo soportarlo- me dijo con lagrimas en el rostro.   

         - Como no quieres que llore, te iras y no podrás cuidarme como siempre, no me cantaras por las noches mientras nos acurrucamos, ni me defenderás de esos niños malos- dije entre sollozos. 

     - Te prometo una cosa Alaska, cuando cumplamos quince años y ya sea mayor, vendré a por ti te lo prometo hermanita . 

   -¿ De verdad, vendrás a por mi? ¿ me prometes que no me abandonaras Jacob? - dije esperanzada                                                                                                                                                                            

- Claro que si, yo nunca te abandonaría.


Desde ese día estuve esperándolo teniendo la esperanza de que volveríamos a estar juntos como siempre. Pero el día que cumplí quince años lo estuve esperando en la entrada del orfanato contando los minutos para volver a verlo. 

Pasaron horas pero el no aparecía, pensé que a lo mejor se retrasaría o vendría al día siguiente, pero cuando me levante aun no había aparecido, y aun así espere, no perdí la esperanza, pasaron días, meses, seguía sin aparecer. Cada día que pasaba crecía en mi esa profunda tristeza que te cuesta respirar, pues por fin me di cuenta de la realidad, el me había  olvidado,abandonado al igual que mis padres,  mientras que yo estuve esperándolo cinco años. Poco a poco esa tristeza se fue convirtiendo en la mas profunda rabia que haya conocido jamas.










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⏰ Última actualización: Feb 22, 2017 ⏰

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