La sirena de mis sueños

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¿Has sentido como se mueven las olas? Todos los días veo el mar, sus aguas interminables y los peces que juegan a no ser atrapados, la brisa me golpea en la cara y siento esa tranquilidad que me inunda. He podido pasar horas en la misma roca, sentado, viendo el horizonte, sin embargo algo me preocupa y me detiene, es ella, la sirena de mis sueños, está ahí viéndome con sus cabellos dorados, su boca roja y sus ojos almendrados. 

Cuando era niño, y vine por primera vez a esta playa, que por cierto está muy cerca de mi casa, ella me encontró llorando en esta roca, pues había peleado con mi padre, no dijo nada, solo me miro y cantó. Era la más preciosa melodía que jamás había escuchado, no podría cantarla o tararearla, pues  no era una canción normal, su voz  te hacía sentir mareado y deslumbrado, no puedo describirlo, pero ella era de otro mundo. Quizás estaba soñando de todos modos. Entonces me quede allí, como un estúpido mirándola.

Al otro día mi madre me encontró tirado en la arena, casi muerto. Estuve en el hospital por una semana, pero desde entonces yo sueño con ir a la playa y encontrarla ahí, pero lo que más quiero es oírla cantar, oír su voz de nuevo. 

Hoy me despierto sabiendo lo que ya pasará, le pediré a mi madre faltar a la escuela, pero me dira que es mi responsabilidad y  como todos los días, le pedirá a Dios que yo sea como mi hermana. No tengo nada en contra de ella, es solo su perfecta manera de ser que me irrita. Luego de pasar cinco horas sentado en una silla, sin poder entender lo que el profesor dice, me tendré que preparar para entregar mi dinero o ser golpeado por algún grandulón de la escuela, afortunadamente, mi abuela tiene unos buenos remedios para que los moretones no se noten. Quizás me alguien me salude o sonría hoy en el pasillo, pero hay que ser realistas, nunca pasará. Al final del día, me iré a casa y si llego temprano, escucharé los putos quejidos de mi madre y el señor Olivares, quienes ya han sido pareja desde que tenía 7 años pero lamentablemente mi padre está muy ocupado como para darse cuenta. Haré mis deberes y me iré a la playa, a ver el atardecer, los niños jugando, las parejas tomadas de la mano y esperaré por la sirena. 

Todo pasó exactamente como dije, excepto que esta vez el grandulón fue más fuerte, me arrojó al basurero, me pateó y me sacó sangre de la nariz, quizás no debí defenderme, pero le dije que su madre era una prostituta que se vendía al director de la escuela, lo que era verdad pues  todos lo sabían, incluso él, pero su cara estaba tan roja que parecía que estallaría en cualquier momento. Agarró una botella y me pegó en la cabeza, estaba tan golpeado que la enfermera me llevó a casa.

Mi madre agarró un llanto cuando me vio, entonces me pregunte si llorará así cuando le cuente a papá sobre su romance. Me metió en la cama y me dijo que era mi culpa por ser tan arrogante e irresponsable. Tanto me regaño, que le pude preguntar finalmente, cuando le pensaba decir a papá sobre sus amoríos, por un momento logre que se callara, entonces se convirtió en una estatua, casi petrificada por mi pregunta. Se sentó a mi lado,me dijo que tenía fiebre y deliraba. 

Eran ya las doce de la noche, mi hermana había preparado la cena y mi padre me la llevó a mi habitación, no logré decirle nada, pues se veía cansado y apenado por mi estado, me hablo del mundo, de su trabajo, me dijo que estaba orgulloso de mí y que él también sabía sobre la madre del que me pegó. Pasamos horas hablando, entonces le conté sobre mi sirena, sobre su voz encantadora y las ganas que tenía de verla de nuevo. Creo que me entendió completamente, ya que me dijo " Cuando la veas, pregúntale su nombre". Se fue de mi pieza y sentí que lo quería más que a todos en el mundo, y se merecía más de lo que tenía. 

Creo que ví el reloj de mi mesita de noche, las 3:00 de la mañana, entonces la escuché, era la melodía de la sirena, me vestí rápidamente, ni siquiera me importaron los golpes de mi espalda y pierna, cuando estaba en el pasillo, sentí que era la última vez que veria a mi familia, asi que tomé mi mochila, eché un par de cosas adentro y escribí una carta a mi padre, contandole todo, y deseándole una larga y buena vida. La dejé a su lado cuando dormia y tambien le dejé una nota a mi mamá que decía " estás perdonada", no se me ocurrió nada que decirle a mi hermana, además no sabía si iba a volver, quizás era solo la fiebre, en ese caso tendría que sacar las cartas y volver a la cama, como si nada hubiera pasado.

Salí de la casa, y me dirigí a la playa, justo allí estaba la sirena, sentía la brisa y el mar cerca de mí, boté mi mochila y corrí hacia ella. 

¿Has sentido como se mueven las olas? Todos los días veo el mar, sus aguas interminables y los peces que juegan a no ser atrapados, la brisa me golpea en la cara y siento esa tranquilidad que me inunda. Pero ya no me siento preocupado, es ella, la sirena de mis sueños, ella me da tranquilidad y paz, está ahí viendome con sus cabellos dorados, su boca roja y sus ojos almendrados. Mis labios se mueven y logro escuchar me decirle "Llévame" , luego de eso lo entendí todo, ella me tenía que guiar hacia el horizonte, hacia la otra vida, hacia mi muerte. Entonces extendió sus brazos y por fin pude escuchar su voz de nuevo, pude oler su pelo, incluso besar sus labios, al final pude ver a la sirena de mis sueños. 

La sirena de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora