Capítulo 64

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-Si que caminas rápido – era Harry. Yo no levantaba la vista de la hierba, ni lo haría por él – oye, em… perdona, no quería hablarte así, de verdad… - lo miré. Seria. 

-Ya, claro… - volví a apoyarme en el tronco del árbol.

-En serio (TN), no quería decirte eso, y encima de esa manera, lo siento – se puso en cuclillas y me miró – es que me da rabia que la gente de por hecho algo que yo no soy, algo que yo no haría… y aún así estando Mariah por delante – bufó.

-Yo no di nada por hecho, solo te lo estaba preguntando – agachó la mirada – haz lo que quieras, ya me conoces, Harry, sabes como soy… 

-Perdona – me miró aguantando la mirada y no pude esconder una pequeña sonrisa - ¿amigos? – sonrió.

-Está bien… - alargué. Harry se levantó y yo seguida de él. Me abrió los brazos y lo abracé por primera vez. Era bastante más grande que yo, físicamente. Era más alto que yo, y sus largos brazos me rodeaban entera.

-Pero mírala… - me giré para mirar a un grupo de chicos. Cómo no, estaba el cabrón de Frank – si no es con Louis, es con su mejor amigo Harry… - negó con la cabeza, sonriendo.

-Mira hijo de puta, te voy a reventar – se acercó Harry a Frank y lo miró desafiante.

-Sí, tú… ¿y cuantos más? – rió. A los lados de ese imbécil, había dos chicos más gilipollas aún. Los miré y me fije en uno rubio, que me miraba sonriendo.

-Que nena, ¿te gusta lo que ves? – se acercó a mí.

-Eh tío, aléjate – lo empujó Harry, dándole en el pecho. Harry les sacaba una cabeza a todos. Y en ese mismo instante me estaba maldiciendo. No quería ninguna pelea.

-Tío, no me toques – empujó a Harry.

-Styles, si yo fuera tú, me iría a no ser que quieras que te partamos la cara – lo amenazó Frank.

-Mira gilipollas, de ti, ya se encargará Louis, por hacerle sufrir un puto ataque de ansiedad a (TN) – Frank me miró – y de ti – Harry se acercó al rubio – me encargo yo – le dio un puñetazo, que instantáneamente le empezó a sangrar la nariz. 

Abrí los ojos como platos y cogí a Harry del brazo, mientras los chicos del grupo de básquet, cogían al rubio.

-Harry ¡para! – Recibió un puñetazo en el estómago, por parte del rubio - ¡queréis coger bien al gilipollas este! – grité refiriéndome a aquel chico rubio. Mi corazón iba a mil y empujé a Harry contra el árbol, pero él seguía haciendo fuerza para pegarle a su adversario.

-¡(TN) déjame! – me miró.

-Harry, para – lo cogí de los brazos – por favor – estaba muy nerviosa, y a punto de llorar. No podía ver a gente pelearse… me ponía muy mal.

Los chicos del equipo de básquet se llevaron a ese cabrón, mientras, yo me quedé con Harry. Tenía la respiración agitada, al igual que yo.

-Me… me quiero ir – se soltó de mi agarré y caminó rápidamente. 

-¿Dónde vas? – le pregunté.

-A casa de mi hermano – fruncí el ceño – a casa de Louis.



Caminaba a su lado, callada. Veía como se quejaba silenciosamente, pero era mejor no decirle nada. Me sentía como una mierda. Harry se había peleado por mi puta culpa. Y le dolía todo el cuerpo. Había recibido dos puñetazos y uno en el estómago. Tenía el labio inferior tiritando y mi cuerpo temblaba. Me sentía mal… muy mal por lo sucedido.

Llegamos a la puerta de Louis, y mi corazón empezó a latir fuerte. Le dije que no podíamos vernos hasta el miércoles – mañana – pero, no quería dejar a Harry solo, no quería más problemas, y también quería ver a Louis.

-Hola tío, ¿cómo es… - abrió los ojos y su sonrisa de desvaneció al ver la cara llena de heridas. Me miró y después volvió su mirada a Harry - ¿Qué coño te ha pasado? – rodeó su brazo por los hombros y entramos en casa. 

Se sentaron en el sofá y Harry trajo hielo, y un pequeño botiquín, con el que a mi, también me había curado…

-Frank, el gilipollas ese – empezó a hablar Harry. Yo estaba sentada en una silla, mientras ellos dos se situaban en el sofá – me tocó los huevos.

-Frank es el que… - Harry asintió – algún día tengo que… - me miró y después volvió a mirar a Harry. Se quedaron unos segundos en silencio y Harry volvió a hablar.

-Me peleé con un imbécil, amigo suyo, como no – rodeó los ojos mientras se ponía el hielo en la mandíbula – el equipo de básquet lo cogió, y a mi (TN), hizo que me tranquilizara un poco.

Louis no me había dicho ni un miserable “hola”. Sólo me había mirado dos veces, y no vi expresividad en su cara. No lo culpaba de eso, ahora Harry necesitaba atención pero… 

-¿Te duele mucho? – preguntó Louis mientras le ponía un poco de alcohol en las heridas.

-No mucho – se quejó – mas me duele el estómago – se levantó la camiseta y vi un morado, bastante grande. Abrí los ojos y me tapé la boca. 

Me levanté de la silla e hice que ellos dos se giraran a mirarme. Caminé rápidamente hasta la habitación de Louis y me senté en la punta de la cama. 
Intentaba calmar mi respiración, mientras me secaba las lágrimas. Me dolía la garganta por ese nudo que tenía, no me gustaba que la gente sufriera por mi culpa, y yo había tenido la culpa en eso…

-¿(TN)? – entró Louis a la habitación. Me limpié la jodida lágrima que caía por mi mejilla. Ahora solo tenía los ojos completamente húmedos y la voz rota - ¿Qué te pasa, mi amor? – se sentó a mi lado rodeando mis hombros con su brazo.

-Mira como está Harry, joder. Y es por mi culpa, si no 
hubiera comido con él… él estaría bien. No lleno de heridas y morados – mi labio inferior temblaba.

-Mi vida, no es culpa tuya – miré a Louis y me sonrió – no pienses eso ¿de acuerdo? – me acarició la mejilla – y eres muy valiente para coger a Harry – rió pero yo seguía con aquel jodido nudo en la garganta – te saca dos cabezas – intenté sonreír y lo único que conseguí es que una lagrima resbalara por mi mejilla. Louis la secó con su pulgar y después me cogió la mano para besar el dorsal.
Lo abracé repentinamente y hundí mi cara en su cuello. Olía fenomenal…

-Siempre estoy dando problemas, parezco una jodida niña pequeña – bufé. Louis frunció el ceño.

-Ya está, para – me dijo serio – no digas mierdas sobre ti ¿vale? – agaché la mirada – ya está todo bien, no tienes nada de lo que preocuparte… ¿vale, mi amor? – esbocé una sonrisa y Louis me cogió de la cara para atraerme hacia él.

-Vale – sonreí.

Salimos de la habitación, pero aún, me sentía culpable. Me daba mucha lastima ver a Harry así…

-¿Qué pasa? – preguntó Harry, extrañado.

-Nada, hermano – Louis se sentó junto a Harry para seguir curándole un corte en la ceja – ya sabes, (TN) se siente mal, pero le he dicho que no tiene la culpa de nada – Harry me miró y sonrió enternecido.

-Vamos (TN), no te preocupes por mí – rió – esto no es nada comparado con otras veces – se levantó y me abrazo de lado con un brazo mientras besaba mi frente – estoy bien ¿vale? – asentí. Ahora, mas tranquila que nunca. 
Louis miró la escena con los labios fruncidos y expresión seria. Lo miré y me reí. Era adorable.

-Te quiero – le dije mientras le daba un corto beso en los labios. Él sonrió negando con la cabeza.

-Y yo, enana – Louis le puso alcohol a Harry en la ceja, y este se quejó – vamos Styles, no es para tanto – rieron.

-Que te jodan, Louis – Harry cerró los ojos con fuerza, mientras Louis le seguía curando la ceja.

Boo Bear... ¿para siempre? (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora