Una doctora bastante demacrada estaba en la entrada apuntándoles con un arma. A pesar de su estado físico, estaba decidida a no dejar ir a los internos, dentro de los cuales estaba su paciente.
-Oh apareciste- la voz de Jake se escucho detrás de sus compañeros, quienes se hicieron a un lado para dejarlo pasar -Sabía que...- no logro terminar ya que recibió una patada baja de la doctora.
J hizo una mueca de dolor y por instinto se llevó las manos a su parte noble sin quitar su mueca, mientras que las chicas solo se cubrieron los ojos... bueno solo Harley ya que Ivy estaba batallando para no soltar una carcajada.
El pelinegro casi cae de rodillas por el dolor pero logro aguantarlo y soltar una sonrisa cínica.
-¿Así nos llevamos?- preguntó todavía con algo de dolor en su voz
-No vas a ir a ningún lado. Te quedarás encerrado toda tu miserable existencia. Tú y tus amigos- gruñó la doctora mientras le apuntaba a donde le había dado la patada.Jake solo la miraba de una manera penetrante, intentando descifrar su siguiente movimiento.
-Hagamos un trato- intentó negociar sin quitarle la mirada de encima -Tu quieres conocimiento y yo quiero largarme de esta pocilga con mis compañeros- hizo varios ademanes mientras hablaba.
-¿Y que?- cuestionó molesta -¿Esperas que los deje ir y pierda mi trabajo?- Sentenció ella
-Oh puedo asegurarte que no perderás tu... "trabajo"- aseguró mientras hacía comillas con los dedos y resaltaba de forma asqueada la palabra "trabajo".La doctora lo pensó unos segundos, su deseo se debatía con su sentido común. ¿De verdad ayudaría a un criminal solo por realización propia?
-Bien. Pero que nadie se entere- aceptó mientras bajaba el arma.
-¡Perfecto!- chilló Jake feliz mientras que le entregaba un folder.Una vez hecho esto nuestros cuatro individuos se dispusieron a irse, por segunda vez.
-Oh, una cosa más- recordó el pelinegro y regresó donde la psiquiatra -Si quieres tener un verdadero trabajo, ve a buscarme- concluyó mientras le daba una tarjeta -Tienes posibilidades- fue lo último que dijo antes de salir corriendo para alcanzar a los demás villanos.
Una vez que los alcanzo el y Joker compartieron una mirada cómplice mientras seguían a Harley, quien conocía perfectamente el asilo, y los guiaba por los enormes y grisáceos pasillos.
-¿Con que seguiste mi ejemplo?- le comentó el payaso a su amigo -Soy tan buena influencia- dijo con superioridad.
Su amigo solo rodó los ojos antes de contestar.
-Yo a diferencia tuya no me la cogí- comentó divertido esperando la reacción del payaso, quien abrió los ojos de par en par y se atragantó con su propia saliva.Su amigo soltó una carcajada por la reacción del peliverde. Quien lo miraba de una manera asesina.
Una vez que nuestros criminales estuvieron fuera del asilo, dieron un enorme suspiro antes de salir camino a la guarida más cercana.
Joker P.O.V
El frío acero del bisturí era lo único que podía sentir, la forma en la que se removía en mi piel intentando localizar a su objetivo. Una bala. La cual se movía por mi carne buscando su objetivo. Mis aterías. Dicha bala estaba diseñada para tapar las arterias de la víctima hasta que su objetivo terminara muerto.
-La puta madre Harleen.- me queje cuando ella introdujo más ese maldito bisturí en mi abdomen.
-L-lo siento Mr. J- se disculpó aterrada.Rubia tonta. Ni una bala es capaz de sacar la inútil. En momentos como estos me dan ganas de meterle un bala en la cabeza.
El quejido de mi compañero me saco de mis compañeros. El también tenía tres balas en la piel, y al igual que a mí, una niña tonta intentaba quitárselas.
-Está demasiado enterrada- sentenció la alcachofa mientras intentaba alcanzar el pedazo de plomo con unas pinzas.
Su "paciente" no le dijo nada, contrario a lo que yo hubiera hecho... pensándolo bien yo habría...
-¡Joder!- grite una vez que Harley retiró la bala de mi carne -Estas ganándote una reprimenda- le amenazar mientras le quitaba la bala de las pinzas para examinarla.
Era pequeña y delgada, lo suficiente para poder meterse en una arteria, lo curioso era que al momento de que la dispararon no estaba de este tamaño. Tenía más volumen.
La rubia que me saco la bala empezó a limpiarme la herida con mucho cuidado, dado que la había asustado con mi amenaza.
¿Me abre excedido?-Harls- la llame de la manera más tranquila que pude.
Ella levantó la mirada y esos zafiros se clavaron en mi como navajas.
-¿Si Mr. J?- preguntó con algo de temor.
Me quede pensando lo que iba a decir y aleje varios pensamientos tontos.
-¿Qué esperas para vendar la herida? No quiero morir de una infección- ordene recuperando mi tono de voz firme.
-¡Carajo!- se escuchó el grito de la pelirroja mientras miraba a Jake quien estaba teniendo una convulsión.
¡Demonios!
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The Beginning Of The End
Fiksi PenggemarDicen que la curiosidad mató al gato, pero en este caso solo lo volvió loco.