The night's bodyguards

Capítulo 2: ¿Qué sucedió?

-Lo lamento querida, no planeaba moles- la disculpa de aquella mujer avergonzada por su curiosidad fue interrumpida por un ¿disparo?

Thomas había dejado a cargo de una señora a Mia, era una alumna cualquiera no pensó que fuera difícil para su lista hija mientras él atendía a otros clientes

- Así se toma un ar- El hombre fue interrumpido en su instrucción por un fuerte ruido que parecía provenir de un arma. Lo cual era completamente normal, estaban dando clases de disparo, por ende, obviamente no le prestaría mayor atención. Sin embargo, la interrupción se debió a que el estruendo no fue simplemente el sonido de un arma en funcionamiento. Lo que escuchó no fue solamente el disparo, sino que también gritos de sus empleados y clientes, a su vez observó cómo corrían desesperados

- ¡¡Ayudaa!!- ¡¡¡Llamen a la policía, hay un psicópata!!! ¡¡Atacó a una mujer!!- Comenzaron a gritar varias personas, mientras que los disparos no cesaban.

Al escuchar los gritos desesperados, inmediatamente Thomas pensó en su hija, ella era buena defendiéndose pero aún seguía siendo inexperta. Por esta razón, temiendo lo peor, corrió desesperado hacia donde un empleado ensangrentado apuntaba, y que para mayor preocupación del padre, coincidía con el lugar en donde su hija enseñaba a una mujer.

Al llegar, quedó impactado por la escena, había mucha sangre, una mujer en el suelo con un disparo en el hombro. Pero lo más agobiante para el padre era ver a su hija en el estado en el que se encontraba, cubierta de sangre, con heridas abiertas, y desplomada en el piso. Se arrodilló frente al cuerpo de su pequeña, sintiéndose culpable, quedó impregnado del aroma a sangre, al revisarla y comprobar que seguía con vida.

Thomas era un hombre que no perdía la razón, frente a situaciones graves, prevalecía su frialdad. Sin embargo, se derrumbó, y se quedó con su hija sin hacer nada más. Pero fue interrumpido por su niña, quien lo tranquilizó apretando fuertemente su mano mientras intentaba pararse, y le señalaba al delincuente, el cual se encontraba mucho peor que ella. Es más, Mia le indicó a su padre que la sangre provenía más de la alumna y del atacante que de ella misma.

Thomas sonrió, como si le devolvieran el alma al cuerpo. Por otra parte, veía al atacante, un hombre alto y robusto, el cual llevaba un tapa bocas, y se encontraba herido con varios disparos en las dos piernas que muy probablemente Mia habría provocado. Se sentía orgulloso de que su hija, había enfrentado al hombre, teniendo en cuenta la contextura, además del hecho de que portaba una pistola y un cuchillo, los cuales se encontraban lejos del victimario.

Pero cuando el atacante abrió los ojos, Thomas recordó que su pequeña había sufrido heridas por culpa de aquel maldito, por lo que llevado por la ira lo golpeó en la cabeza fuertemente, para que siguiera inconciente. Y cuando pretendía seguir golpeándolo, intervino la policía, justo a tiempo de hecho por dos motivos, el primero, Thomas lo iba a matar si no era detenido; y el segundo, si bien Mia no se encontraba tan herida, el shoock y una herida con cuchillo había provocado el desmayo e inconsciencia de la joven, la cual fue socorrida por personal de policía y paramédicos.

(...)

Al llegar la policía y ambulancia, trasladaron a Mia a un hospital, en el que después de una cuantas horas, con todos sus cercanos espectantes, despertó de su inconsciencia.

- ¿D-dónde está?- Preguntaba desorientada, mirando para todo lados, intentando levantarse, pero el dolor se lo impedía. Después de todo estaba acostumbrada a pistolas, no a apuñaladas.

- Se fue cariño, ya no te hará daño, se lo llevó la policía- Respondió el abuelo con lágrimas en los ojos, amaba a su nieta, y si bien sabía que no moriría por el ataque, le mortificaba profundamente el estado de la joven.