Noche en familia

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Narra Moonbyul:
Después de despedirme de Solar en el bus llegue a casa y estaban mis dos hermanas pequeñas, mis padres habían quedado con los padres de Solar para cenar, así que como buena hermana mayor hice la cena para las tres. Puse la mesa con ayuda de mi hermana Seulgi mientras Yesol jugaba con sus peluches en el salón.

Moonbyul: Yesol, a comer.

Yesol: Ya voy moon-moon.

La pequeña se levantó del suelo dejando encima del sofá los peluches con los que estaba jugando y salió corriendo hacia la mesa, con gran esfuerzo intentaba subirse a la silla, yo al verla haciendo tan grandes esfuerzos fui a ayudarla, pero la pequeña me dió un pequeño golpe en la mano cuando me acerque para cogerla.

Yesol: ¡No moon-moon, yo solita que ya soy "gande"!

Seulgi y yo la miramos con una sonrisa tierna.

Moonbyul: Vale niña grande, pero ten cuidado no te vayas a caer, apoya bien el pié en la silla.

Por fin consiguió sentarse en la silla, pero debido a su corta estatura, solo se podían ver los grandes ojos de la niña justo por encima del borde de la mesa.

Moonbyul: ¿Quieres qué te traiga unos cojines para que puedas comer?

La pregunté mientras una pequeña risa salía de mis labios. La pequeña negó con la cabeza y se puso de rodillas en la silla.

Yesol: Moon-moon, necesito que me acerques un poco a la mesa...

Todavía con una sonrisa en el rostro acerque la silla de la menor y está apoyo los codos encima de la mesa.

Yesol: ¡Gracias!

Me dijo con una sonrisa. Serví la comida y en poco tiempo los platos se vaciaron, mientras hablábamos aún sentadas en la mesa sonó el teléfono de Seulgi, está se levantó y se fue a su habitación para contestar a la llamada, mientras Yesol y yo poníamos caras y reíamos sin parar. Al rato mi hermana salió de su habitación y se volvió a sentar, tenía una cara muy seria.

Moonbyul: ¿Qué ocurre?

Ella agacho la cabeza y puso su mejor cara de pena.

Seulgi: Unni, me han invitado a una fiesta de pijamas, ¿puedo ir?

Moonbyul: ¿Esta noche? No sé... Tendría que hablarlo con mamá.

Seulgi: Por favor, sabes que mamá no me dejará ir.

Moonbyul: Déjame que llame a mamá.

Cogí mi teléfono de encima de la mesa, pero Seulgi fue más rápida y me lo quitó, salió corriendo y se encerró en su cuarto, yo salí corriendo detrás suyo sin conseguir sujetar la puerta.

Moonbyul: Seulgi, devuélveme mi teléfono ahora mismo.

Seulgi: Ni hablar.

Moonbyul: Como no me des el teléfono ahora mismo te juro que le diré a mamá lo que realmente pasó con su lámpara favorita.

Después de un largo silencio se abrió la puerta de la habitación, Seulgi salió cautelosamente y extendió su mano para devolverme el móvil, yo la agarré fuerte de la muñeca y cogí el móvil.

Moonbyul: ¿Por qué has hecho eso?

Pregunté furiosa, ella agacho la cabeza mientras intentaba zafarse de mi agarré.

Seulgi: Me haces daño, ¡suelta me!

Moonbyul: ¡No te pienso soltar hasta que me respondas!

Ella agacho la cabeza y empezaron a brotar lágrimas de sus ojos, yo la agité para que me diera una respuesta, pero ella negó con la cabeza. Mientras tanto Yesol, asustada, intentaba bajarse de la silla, pero no apoyó bien el pié y se calló al suelo de culo e inmediatamente empezó a llorar. El fuerte golpe y el llanto de la más pequeña hizo que mi hermana y yo nos mirásemos preocupadas, yo solté a Seulgi y ambas salimos corriendo hacia Yesol, la envolví entre mis brazos mientras examinaba si se había hecho alguna herida grave.

Moonbyul: Yesol, donde te has hecho daño.

La pequeña aún sofocada por el llanto consiguió hablar.

Yesol: En el pompis.

Yo la abracé fuertemente y riendo entre lágrimas por el susto y dando gracias a que no fuera nada grave.

Moonbyul: ¡Ay pequeña que susto nos has dado!

Seulgi: Más se lo habrá dado ella, que ha sido la que se ha caído.

Las tres reímos, aunque la menor enseguida lanzó un quejido, me levanté con ella entre mis brazos y me dirigí hacia el frigorífico.

Moonbyul: Vamos a ponerte hielo en el trasero para que se te baje la inflamación ¿vale?

La pequeña asintió secando se el resto de las lágrimas que le quedaban.
Una vez que el ambiente se calmó, decidimos ver una película. Yesol quería ver Dónde viven los monstruos, mientras que Seulgi quería ver Luna Nueva, yo como intermediaria decidí dejar que Yesol viese la película que quisiera para que dejase de pensar en la caída y el golpe que se había dado. Al rato de empezar la película Yesol se quedó dormida encima de mi pierna y Seulgi estaba con los brazos cruzados algo enfurruñada al otro lado del sofá, quité el volumen de la película y me giré hacia ella.

Moonbyul: Seulgi, ¿por qué te has comportado así? Sabes que no puedo darte permiso para salir cuando tú quieras y mucho menos sin permiso de mamá.

Seulgi: Lo sé... Es que... De verdad me apetecía ir a esa fiesta...

Moonbyul: ¿Por qué?

Seulgi: No lo entenderías...

Moonbyul: Sabes que yo también he tenido 13 años ¿verdad?
A decir verdad no hace tanto que los tuve.

Ella se rió y se giró para verme.

Moonbyul: Sabes que puedes contarme lo que quieras, soy tú hermana y siempre puedes contar conmigo.

Ella agachó la cabeza.

Seulgi: Lo sé...

Volví a poner el sonido a la televisión.

Seulgi: Moon...

Moonbyul: Dime

Seulgi: Gracias...

Nos miramos y sonreímos, Seulgi se tumbó poniendo su cabeza en mi pierna libre y seguimos viendo la película. Cuando terminó ambas estaban dormidas encima mío, con cuidado le di unos toques a Seulgi en la cabeza, está reacción moviendo un poco la mano.

Moonbyul: Levántate, vamos, a la cama.

Ésta se levantó medio dormida y se fue hacia su habitación, con cuidado recogí a Yesol y la llevé a su cama, poco después oí que metían la llave en la cerradura, saludé a mis padre y les dije que las pequeñas ya se habían dormido para que no hicieran mucho ruido. Dicho esto les di un beso de buenas noches y yo también me fui a la cama, había sido un día muy largo, así que enseguida caí rendida.

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