capítulo 9

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"Ser O No Ser".

Es muy simple decirlo, lo difícil es hacerlo, está semana había pasado rápida y para mi suerte, que  tal parece por fin se acordó de mí, no había vuelto a ver a Bruno desdé aquella noche.

Eric estaba de viaje lo sé porque últimamente me llama mucho aunque no me dijo con quién o en que estaba de viaje, según lo que escuche junto con Bruno, al parecer Bruno nunca ha trabajado sólo se gradúo por complacer a su padre o algo así.

El punto es que Eric esta mostrándole los pormenores del negocio, contratos, negociaciones, conociendo nuevos casos que a la vez se hacen socios.

Para ser sincera no me imaginó a Bruno trabajando y menos como mi jefe, aunque sé que eso ya es inevitable, su oficina ya está lista y eso significa que el lunes lo tendré como mi nuevo "jefe".

Me estoy preparando psicológicamente para eso, he disfrutado de la paz de no verlo.

Era domingo así que decidí irme de compras con Nalia, me compré un vestido y zapatos, ya les dije mi sueldo es bastante generoso y puedo darme ciertos gustos.

Nos detuvimos en una pequeña cafetería, nos sentamos y ordenamos unos sándwich.

— Ahora si me vas a decir que te pasa.— Masculló Nalia mientras le daba un gran  mordisco a su sándwich.

La observé sin entender.

Todos los días estaba más loca.

— ¿ De qué hablas?.

— Oh vamos Fara.— Utilizó su tono dramático y eso, eso no era bueno. —; Sé que parezco estúpida pero no lo soy... En estos días has estado muy extraña, todo el tiempo estás como en otro planeta.

— Debe ser por mi periodo.— Alegué con desdén, está conversación era estúpida.

— ¿Tu periodo?.—- levantó sus cejas.— A mi me parece que es por otra cosa, un chico, y creo que se su nombre y apellido.

Demonios lo que me faltaba que Nalia se convirtiera en mi adivina.

— Estás alucinando. — Masculle restándole importancia a sus palabras.

—  No lo estoy.— Suspiró. —  Es por él, ¿verdad?.

Sentí mi cuerpo enfriarse, mis pupilas dilatarse, Nalia sabía, sabía lo que me estaba pasando con Bruno... Ahora si que estaba jodida.

— Define él. — Susurré sin levantar la mirada de mi batido.

— Eres increíble. —Masculló con una sonrisa ladina.

— Poco convincente su argumento, abogada. — Dije en tono de burla.

Ella rió unos segundos pero luego su rostro volvió a tornarse neutro.

Tomó mis manos sobré las de ella y las acarició.

—  Tranquila.— Dijo suavemente.—  Supongo que lo extrañas y por eso estas así.

Mierda.

Mierda.

Y más mierda.

— ¿ Extrañar?.— Pregunté en susurro.
Ni siquiera me había planteado esa posibilidad, yo no podía extrañarlo, eso era imposible.

Observé a Nalia, demonios ahora ella conocía mi pequeño y oscuro secreto.

— Sí.— Respondió en tono obvió.

— Nalia puedo explicarlo. — Me defendí.

— Relajate.— Me sonrió.—  Te entiendo, durante toda la semana no lo has visto y, bueno, El señor Eric te tiene tan enamorada que te deprimes por su ausencia, lo entiendo... De hecho me pasó algo así con un novio.

Oh Dios mio nunca te había dado las gracias con tanto fervor como hoy... ¡Gracias Dios!.

Nalia creía que estaba así por Eric, suponiendo que estuviera mal de alguna manera.

Cosa que era imposible.

Imposible.

Imposible.

Sé que está mal pero me alegró saber que piensa eso, de hecho es una gran alegría saber que mi pequeño secreto aún está a salvo.





















Nueva semana, nuevas metas, nuevos propósitos... Ahg, es falso ni siquiera quiero levantarme de mi cama, no quiero ducharme y sobre todas las cosas no quiero ir a la oficina a trabajar para mi nuevo "jefeorganizar

Así no me gustara tenía que aceptar que mi nueva oficina era bastante cómoda, con un escritorio más amplio y eso me encantaba, más espacio para mis cosas.

quedaba justo en frente de la de Bruno y para llegar a la de él habia que pasar por la mía, estaban conectadas y divididas por las utópicas puertas.

Estaba organizando mis cosas cuando escuche unos pasos acercarse, supuse que era Bruno.

- hola hermosa.

Levanté mi rostro para encontrarme con los hermosos ojos de Eric, tan atractivo y sexy como siempre.

- hola.- respondí mientras me acercaba más para saludarle.

Eric me tomó de la cintura pegandome más a él, no podría negarlo Eric me gustaba, bueno, a quien no, es un hombre increíble con él tengo la oportunidad de lograr el tipo de relación que toda mi vida he procurado tener.

- te he extrañado mucho.- dijo acariciando mis mejillas con sus manos.

Cerró el espacio entre nosotros y me beso, un beso tierno, delicioso, sus labios se movían con tal plenitud sobre los míos que me hizo olvidar en donde estábamos.

- señorita Linares!!!!!!.








AMORES QUE MATAN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora