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Tocaron la puerta e inmediatamente después de abrir los ojos, Stiles reparó en dónde y cómo se encontraba. Se removió para comprobar la presencia que creía tener al lado, se confirmó al sentir a Derek respirándole en la oreja y con su brazo alrededor de su cintura desnuda. La puerta sonó de manera más insistente y Stiles se levantó con desgano, intentando no mover mucho a Derek para no despertarlo. Se puso un pantalón y abrió la puerta mientras bostezaba. Lo que menos se esperaba era encontrarse con nada más y nada menos que Chris Argent en persona, con un arco en la mano y flechas en la espalda. Stiles abrió mucho los ojos.
- Buenos días, señor Argent. ¿Qué lo trae por aquí? - Stiles trató de disimular su sorpresa.
- Mientras cazábamos, yo y unos amigos encontramos a Lydia, dijo que necesitaba hablar urgentemente contigo. Está en su casa ahora, quiere que vayas. - Chris no se inmutó al hablar, era evidente que en realidad no le importaba mucho. - Sólo vine a avisarte. Si ves a Allison, dile que la quiero en casa temprano, hoy tenemos una reunión importante.
- C-claro. - Stiles estaba aún en shock. - Si vuelve a ver a Lydia dígale que voy en camino.
- Nos vemos, Stiles.
Stiles cerró la puerta y tomó una camisa que se colocó rápida y torpemente, al igual que los zapatos. Aún no se había duchado, pero no importaba, tenía mucha confianza con Lydia, y tanto él como ella se habían dicho mutuamente y muchas veces cuán mal olían. Se puso triste al pensar en su hermosa cara, deformada por las heridas, y en el idiota de su novio, que ni siquiera se había dignado a aparecer y posiblemente terminara con ella. Stiles lo detestaba.
- Hey... - susurró Stiles y acarició la frente de Derek, el cual despertó lentamente y llevó su mano hacia arriba para entrelazarla con la de Stiles. - Lydia apareció, quiere hablar conmigo así que iré a verla. Tienes que descansar, por tus heridas has de estar más agotado que yo, y eso que estoy con las piernas de gelatina.
Derek sacó una pequeña sonrisa y Stiles rió levemente.
- Ten cuidado, si pasa cualquier cosa... Aúlla o algo, vendré corriendo. - Stiles le dio un beso de pico a Derek. - Vuelvo pronto.
Stiles salió de su hogar y caminó rápidamente hacia la casa de Lydia. Una vez llegó, Natalie lo recibió con un abrazo junto con el señor Martin, pero este se veía distinto, como si no prestara atención o simplemente su presencia no le importara, tenía la mirada perdida.
- Está arriba, se negó a ponerse sus vendas. - Stiles iba a subir las escaleras y Natalie le sostuvo el brazo, él la miró con curiosidad. - Trátala bien, Stiles. Desde que volvió sólo dijo una vez que quería hablar contigo.
- Lo haré, no te preocupes.
Subió las escaleras hacia el cuarto de Lydia. Al entrar, el ojo de la pelirroja se abrió mucho y la comisura de la boca que podía mover se curvó en una sonrisa. Stiles ni siquiera prestó atención a las cicatrices, corrió y envolvió a Lydia en un fuerte abrazo, cuidando no tocar su cara. Escuchó a su amiga llorar y la sostuvo mientras lo hacía, él también comenzó a llorar.
- Tranquila, estás en casa. Estás en casa, Lydia... - ambos sollozaban. Stiles se separó y se sentó frente a ella en la cama. Ella se veía evidentemente consternada.
- Stiles, necesito que me escuches con atención. - el chico notó la mueca que ella hizo, pues aún le dolía bastante el labio. - Algo malo está pasando en Beacon Hills, y yo fui sólo el comienzo. Todos los Argent y esa otra familia de apellido como el nombre de un arma, creo, han estado muy agitados. Han salido al bosque, y no con sus arcos de siempre para cazar aves, han salido con armas de alto impacto. - Stiles no parecía sorprendido, pero lo de los Argent y los otros cazadores no lo sabía. - Stiles, creo que sabes algo, y no tienes que decírmelo. Solo te quiero avisar, que lo que me hizo esto no me lo quiere hacer solo a mí. Creo que quiere a todo el pueblo, y lo va a consumir por completo en poco tiempo. Y creo, que los cazadores no sólo cazan cosas pequeñas, creo que esto es más grande de lo que imaginamos.
Stiles meditó las palabras de Lydia unos segundos.
- Escucha, Lydia, conozco a alguien que tiene una idea de qué podría estar pasando. - Lydia se vio interesada y Stiles negó. - Él y yo nos haremos cargo, también le pediremos a Scott, Isaac y Allison ayuda, pero tú aún necesitas descansar. Y necesitas verlos, están preocupados.
- Tal vez tienes razón, ellos deben de estar... - Lydia se vio interrumpida por un grito que provenía desde abajo.
- ¡Lydia! - ambos chicos reconocieron la voz de Allison inmediatamente, seguido de eso, se escucharon pasos subir apresuradamente la escalera y Scott, Isaac y Allison aparecieron en el umbral de la puerta.
Todos saludaron y abrazaron a Lydia con alegría, aunque todos se veían evidentemente incómodos por las heridas de la chica, aunque no comentaron nada al respecto. Luego de eso, Stiles y Lydia explicaron sus sospechas al resto de los chicos, que los miraban con curiosidad. Allison sobre todo se veía abrumada, pues, según ella, no había ningún ajetreo entre los cazadores.
- Descubriremos quién está acechando al pueblo. - dijo Stiles. - Allison, investiga discretamente qué pasa entre los cazadores.
- Hoy hay una reunión, creo que puedo sacar algo de ahí. - asintió Allison.
- Bien, todos investiguen por su cuenta. Más tarde o mañana nos reuniremos y comenzaremos a planear qué hacer, y creo que tendré que presentarles a alguien... - finalizó la reunión Stiles.
- Intenta que sea esta tarde, Stiles. Creo que tenemos algo de qué hablar también. - dijo Scott dirigiéndose a su mejor amigo, el cual tragó saliva, creyendo saber de qué iba el chico.
Todos se despidieron de Lydia y se fueron en direcciones diferentes. Stiles decidió vagar un rato por las calles, porque desde que Derek ya no estaba en el bosque, este se le hacía mucho más peligroso. De alguna manera, terminó pasando frente a la casa de los Argent, y se detuvo al escuchar un ruido, algo así como un grito, proveniente de la gran casa. Con cuidado de no hacer ruido, se acercó en silencio a la ventana de donde había salido el grito, que por su tamaño y posición, probablemente era la del sótano. Se agachó y logró distinguir a través del cristal pese a su suciedad.
- Te lo preguntaré una vez más. - el hombre clavó un cuchillo con algo morado esparcido en él en la chica que yacía colgada del techo de sus manos encadenadas. Stiles se tapó la boca cuando a la chica le brillaron azules los ojos y sacó los colmillos en dirección al hombre, el cual ni se inmutó. - ¿¡Por qué están viniendo tantos a Beacon Hills!?
- Puedes seguir torturándome lo que quieras, John. - la chica escupió sangre y sus cabellos lacios y rubios se mancharon de rojo. - No te voy a decir nada.
- De acuerdo. - John se alejó, pero dejó el cuchillo clavado en la chica, la cual comenzó a convulsionar, gritar y gemir del dolor. Desesperada, giró la vista a la ventana y vio a Stiles.
- Ayúdame. - Stiles pudo alcanzar a escuchar el susurro de la chica. El hombre se acercó de nuevo y la miró con el ceño fruncido.
- ¿Qué? - al parecer el tal John se dio cuenta hacia dónde miraba la chica, pues volteó justo después de que a Stiles le pusieran una mano en la boca y lo hicieran rodar a un lado. El chico intentó gritar, pero el agarre se apretó más.
- Mierda, cállate Stiles. - ¿Allison? La chica lo soltó y lo dejó caer abruptamente en el césped. Stiles miraba con miedo y alternadamente a Allison y a la ventana donde había visto ese espectáculo de tortura.
- ¿Q-quién rayos era ese hombre? ¿Quién era esa chica? - Stiles se veía evidentemente en pánico y Allison se mantuvo seria.
- Es el líder de la otra familia de cazadores en Beacon Hills. John Winchester. - Stiles estaba en shock. - Y creo que hay bastantes cosas que explicar.
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Pues he decidido que esta historia será Superwolf.❤️
Espero les agrade la idea. ewe
Sigan pidiendo sus dedicaciones.- Isxac Lxhey.
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The boy in the red cape [sterek] {Superwolf}
FanficBeacon Hills siempre fue un pueblo lleno de peligros, y Stiles Stilinski lo sabía más que nadie. Su padre le pedía incontables veces que tuviera cuidado cuando caminara por el bosque, pues se decía ninguno que se hubiera topado con lo que ahí habita...