Sentí un revoloteo en el estómago.
—¿Q-qué?
Sus ojos centellearon.
—Me escuchaste.
Lo miré. Tenía que estar bromeando. Tenía que estarlo. Solo que no parecía que estuviera bromeando ni sonaba como si lo estuviera. Parecía y sonaba entretenido, provocándome, pero aún así, serio. Como si fuera gracioso para él, poner nerviosa y sudorosa a la novia de Sam Rodríguez, pero dejaría a Sam libre de culpa si yo hacía lo que decía. Esos eran sus términos. Me había ofrecido un trato. Solo que… era extraño.
—Tú —tragué, sintiéndome ligeramente mareada, como si quizás este momento no fuese real. Como si tal vez me hubiese desmayado de miedo cuando comencé a hablar con el y ahora estuviera alucinando o soñando despierta o algo—. Tú, ¿tú quieres que te bese?
Se puso firme, pero todavía estaba sonriendo.
—Sí. Bésame y no mataré a tu novio.
Me recorrió un extraño sentimiento, un hormigueo combinado con entusiasmo y horror. Me alejé, y me apoyé contra los casilleros detrás de mí en busca de apoyo. Estaba tambaleante, sudada y temblorosa mientras intentaba lograr que mi mente volviera a funcionar, a pensar.
—Em…
¿En serio? ¿Eso era todo lo que tenía que hacer? ¿Besarlo y Sam estaría perdonado? No parecía posible. Ni correcto. Tenía que haber algo más allí. Después de todo, yo no era Miss Sexy, exactamente, estaba lejos de serlo. Por lo general los chicos ni siquiera me notaban. No es que fuera fea, supongo. Sam decía que yo era «hermosa». Pero por otro lado, Sam era mi novio, y dulce. Y Agustín no era ninguna de ellas.
—No lo entiendo.
Agustín me dirigió su adorable sonrisa torcida. Hizo que mi corazón se confundiera y revoloteara.
—Sí, lo sabes.
Mmmmm.
El pulso me convulsionó a un salvaje frenesí, y también la mente. Me mordí el labio, tratando de descubrir la trampa. Tenía que haber una. Tenía que haberla. A pesar de que Agustin era conocido en nuestra escuela por ser problemático, era lindo, incluso adorable. Había cierto «tipo» de mujeres que siempre estaban detrás de él, un tipo que no se parecía a mí, en lo más mínimo. Eran llamativas, adelantadas y experimentadas con los chicos. Yo no era así. Para nada. Y no era el tipo de chica al que se le pegaban los chicos. Yo era «agradable» y «cariñosa» y segura, quizás en buen día con el cabello, «bonita». Pero eso era todo. De ninguna manera los chicos hacían fila para besarme. Dudaba que siquiera pensaran en mí. Así que no, no lo entendía. ¿Qué estaba pasando?
Tenía que ser algo zalamero.
—¿Eso es todo lo que tengo que hacer? —dije con incredulidad—. Besarte, ¿nada más?
Agustin levantó las cejas, curvando los labios en una sonrisa.
—Puedes hacer más si quieres.
¡Imbécil! Humillada, comencé a caminar en la otra dirección.
Pero el me tomó el brazo, acercándome a él con suavidad.
—Dios, solo estaba bromeando contigo, Kopelioff.
¿Kopelioff? ¿Sabía mi apellido?
Le danzaron los ojos al acercarse, tan cerca que su cálido aliento me hizo cosquillas en el cuello cuando preguntó—: Entonces, ¿tenemos un trato?
Me alejé de él, tratando de pensar. Sacaría a Sam del apuro y solo sería un pequeño beso. Pero… sería con un delincuente.
Por otro lado, mi mejor amiga, Valen, siempre decía que necesitaba relajarme y caminar del lado salvaje. Por supuesto, Agustin era mucho más salvaje de lo que Valentina había querido decir. Valen se refería a usar púrpura fuerte en lugar de colores pasteles. No quería decir que saliera con el chico malo de la escuela.
Pero…
¡Pero nada! Si yo no hacía esto, Sam tendría su hermoso rostro destrozado a pedazos por Agustín. No podía permitir que eso sucediera.
Inhalé profundo, aterrorizada. ¿Cómo sería el beso del Gran Agustin,estaba un poco curiosa, pero más que nada asustada. Solo había besado a dos chicos en toda mi vida. No tenía experiencia, en absoluto, y aún así estaba ligeramente nerviosa de que no pudiera confiar en Agustin, que no fuera solo un beso lo que él quería, a pesar de que parecía que solo había hecho el trato para hacerme sufrir. Quiero decir, parecía entretenido, como si fuese divertido de las dos formas: reventarle la cara a Sam o hacer que su novia se asustara a muerte. Asentí, puesto que teníamos un trato, y luego tragué saliva, bastante.
Agustin lo notó; él sonrió.
—No estés tan asustada, Kopelioff. Soy un buen besador.
Eso no me calmó de ninguna manera. Solo hizo que me ardiera el rostro y las mejillas, se me volvieran de un millón de tonos de rojo, pero de algún modo estaba bastante segura de que eso era lo que él quería.
Sus ojos centellearon cuando me vio prepararme para el beso, observándome al limpiarme las sudorosas manos sobre los jeans y golpearme los puños un par de veces, tratando de prepararme.
Finalmente, fruncí los labios y me incliné hacia adelante por el beso.
Agustinn me observó con las cejas alzadas, viéndose entretenido. Finalmente, soltó una suave carcajada.
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Antes que nada les quiero presentar a Sam igual Agustin es MUCHO más Lindo:3💘
AHORA SI DAMAS Y CABALLEROS LES PRESENTO A EL NIÑITO SAM RODRÍGUEZ
...Trate de no buscar un chico tan lindo porque Aceves algunos se terminan enamorando del pibe😂😂Igual yo acepto a la que le guste el pibe,...Más Agus para mí😏😏Okno-.-..
Wenoo eso es todo bebys!
Hasta el próximo Capítulo
💋💋💋
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"Su Beso" Aguslina [ADAPTADA]
Roman d'amourCarolina tenía todo lo que ella creía necesario:Un buen novio, buenas notas y un perfil cómodamente discreto.En otras palabras:una vida tranquila sin disturbios ni problemas..... aunque......las cosas buenas no duran para siempre. Un comentario de s...