Capítulo 3

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~Mi primer amor; mi primer beso; mis primeras emociones; todas han sido contigo. Y todavía me preguntas si de verdad ¿eres mi mundo?
Quiero que vengas conmigo a donde vaya.
No importa si tengo miedo, si me das tu mano; aún en la oscuridad, estaré confiada. Debes quedarte aquí, conmigo. Sígueme, y estaremos siempre juntos~

Capítulo 3 

—Muy bien, ya casi terminamos. Sólo nos queda una sala… —Li Ann detuvo su caminar al percibir que Leeteuk se encontraba distraído—. Teukie, ¿pasa algo? Te he notado algo distante desde que llegamos al museo.

—He estado pensando en que ya no podremos vernos tan seguido —comentó observando el techo, llevándose una mano tras el cuello, presionándolo—. Y tampoco pasaremos mucho tiempo juntos.

—¿Pero, por qué?
¿Hice algo que te molestara? —el corazón de Li Ann comenzó a palpitar aceleradamente— ¿Te arrepentiste de lo que pasó ayer? 

—Tranquila —abandonó el techo para concentrarse en los ojos de ella— jamás me arrepentiría de eso —Leeteuk se acercó para abrazarla—. Si estuviera en mi poder, regresaría el tiempo para vivirlo de nuevo. No pienses así.

—¿Entonces? En el momento en que mencionaste aquello; sentí algo muy extraño en mi pecho, sentí miedo.

—¿De verdad te da miedo que me vaya? ¿Tanto me quieres?

-¡Oye! tampoco te sientas tan importante. Lo digo porque no encontraré otro tonto como tú, que haga todo lo que quiero — se burló Li Ann, rodeando su cuello con los brazos.

—¿Eso crees que soy? —rió Leeteuk—. Debo serlo, ya que siempre cedo ante tus caprichos —reconoció él, frotando su nariz con la de ella.

—Por supuesto que no, Teukie. Si fuese de esa manera no estaría contigo —dijo Li Ann, acariciando su cabello, hundiendo los dedos en él—. Pero dime, ¿por qué no podremos vernos?

—Me veo en la tediosa necesidad de buscar otro trabajo. Mis gastos han incrementado en los últimos meses. Si deseo pagar la colegiatura y la renta del lugar en el que vivo, debo ganar más dinero. A eso debo añadirle nuestras salidas y paseos.

Li Ann se sintió culpable. Nunca se había detenido a pensar en la situación económica en la que vivía Leeteuk, ni su condición de vida. Él siempre cargaba con todos los gastos sin protestar.

—¿Puedo hacer algo por tí? Dime en qué puedo ayudarte —preguntó ella, acariciando el lóbulo de su oreja.

—Solo haz lo que siempre haces.

—¿Qué cosa? —preguntó  curiosa

—Alegrar mi día.

Li Ann sonrió, sintiéndose derretir. Estaban a punto de besarse, cuando alguien se atrevió a deshacer su momento perfecto.

—Disculpen —interrumpió una desconocida—. Es vergonzoso para mí importunarlos, pero por casualidad escuché que usted necesitaba trabajo —comentó la mujer, dirigiéndose a Leeteuk—. No ha sido mi intención hacerles pensar que soy entrometida, pero me encontraba parada justo frente a la escultura que tienen a su lado. Acabo de llegar de Francia, no conozco mucho esta ciudad; así que suelo perderme con facilidad. Necesito un asistente que me ayude a desplazarme sin problema. Si usted acepta joven, le pagaría el triple de lo que gana actualmente, ¿le parece?

—¿El triple? —preguntó Leeteuk, asombrado—. No es que no me interese, pero pienso que es demasido.

—Suelo pagarle muy bien a mis empleados. Pero si no le parece la cantidad, podríamos negociar su sueldo y llegar a un mútuo acuerdo. Me es necesario conseguir una persona lo más pronto posible ¿está de acuerdo?

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2017 ⏰

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