Capítulo 5

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Especial One Year Happiness

Me encontraba en la cocina, desayunando junto a mis padres. Mi apetito estaba regresando, y mamá aprovecho para que comiera bajo su estricta vigilancia.

Ya habían pasado dos días desde la ultima vez que me dije que trataría de superar todo lo sucedido. No ha sido fácil, precisamente anoche entraron las ganas de llorar y ver fotos de Allan. Una gran parte mía no quería dejarlo ir, mientras la otra trataba de hacerse a la idea como son las cosas en estos momentos.

Mi desayuno estaba a la mitad, mire a mi madre e hice un gesto diciéndole que ya no seguiría comiendo.

-Al menos hoy comiste más.- dijo sonriendo.

-¿Le dijeron a los padres de Allan, que estoy embarazada?- dije haciendo mi plato a un lado. Le di un sorbo a mi jugo y me acomode en la silla.

-Pensamos que lo mejor es que vos se los digas.- contestó papá.

-Quizás en estos días vaya, quiero saber lo que pasó con Allan. Escuchar de ellos que le provocó la muerte.- dije lo último con dificultadad.

-Estarán felices al saber que tendrán un nieto.- dijo mamá sonriendo.

-¿Ustedes lo están?- pregunté dudosa.

-Más que felices, mi vida.- dijo papá, tomando mi mano y acariciandola.

Los mire en silencio algunos segundos, en estos días habían dejado todo por estar conmigo. Aunque yo no quisiera ver a nadie, incluidos ellos. No estaba bien del todo, pero si podía seguir con mi vida, viviendo sola.

-¿Cuándo se van a ir?- pregunté en tono suave, mirandolos a los dos.

-Ayer estuvimos hablando con tu padre y nos iremos mañana por la tarde, tenemos algunos compromisos y los hemos estado posponiendo...

-No quisiéramos dejarte sola.- dijo papá interrumpiendo a mi madre. -Pero sabemos que estarás bien y si nos necesitas sólo tienes que llamarnos y nosotros vendremos.

-Lo sé, papá. Estaré bien, lo prometo.

-Te queremos, hija.- dijo mamá. Papá asintió sonriendo.

-También los quiero.

Terminamos de hablar sobre algunos temas que eran importantes. Las cosas que tienen pendientes en su regreso y les comenté que retomaré mi trabajo, en unos días. Eso los hizo felices, al igual que a mi.

Estaba en mi habitación, arreglando mis cosas, en los últimos días todo se había desordenado. Habían tantas cosas que hace mucho no miraba, entre unos cajones se encontraba una de las primeras fotografías que nos tomamos con Allan.

La mire con nostalgia y sentí que mis ojos picaban por derramar lágrimas, pero en ese momento mi celular comenzó a sonar. Suspire y lo tome, era un mensaje de Agustín.

Hola. ¿Cómo estás?

Realmente no sabía cómo me sentía en estos momentos.

No sé. Sólo te puedo decir que ya no paso todo el día llorando.

Deje el celular sobre la cama y me diriji hacia donde estaba la fotografía.

-Te amo, Allan.- dije en voz alta. Una lágrima rodó por mi rostro, no la aparte. Recogí todo y lo guarde en un lugar seguro. Mi celular volvió a sonar. Me senté en la cama y lo leí.

Eso es un gran comienzo. Me hace feliz, que no te estés dejando vencer por el dolor.

Asentí, aunque él no pudiera ver, porque era cierto, estaba comenzando de nuevo.

Nuestro Destino | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora