Frase a frase creamos pequeñas historias divertidas y entretenidas que esperamos que disfrutéis mucho :)
(Advertencia: es posible que alguna historia/frase suene "extraña" y contenga algunas palabras mal sonantes y expresiones sacadas de contexto, a...
Era un día oscuro en Villa Papadelta, la nieve caía con fuerza en los tejados de las casas y la pequeña Paula miraba por la ventana de su preciosa mansión con melancolía.
Escuchó un extraño sonido en la planta de abajo y se agarró a su gato blanco y peludito Malaspulgas. El pobre gato maulló fuertemente llamando la atención del ladrón que estaba en la cocina preparándose un sándwich de mortadela, las cazuelas de cobre cayeron al suelo estrepitosamente y Paula corrió a esconderse bajo la cama pensando que se trataba de un fantasma.
El gato huyó despavorido de la habitación y al bajar las escaleras chocó con el ladrón. Nada más ver el sandwich de mortadela, Malaspulgas se enamoró y saltó sobre el ladrón para sacarlo de sus feroces mandíbulas. El ladrón se asustó y el sandwich voló atravesando todo el salón cayendo a los pies de Paula que había conseguido superar su miedo "al fantasma" y había bajado las escaleras silenciosamente. Agarró el sandwich y lo lanzó contra la ventana, en la cual apareció a su lado un mensajito: "20 puntos". Movido por su amor, Malaspulgas cogió carrerilla y saltó para alcanzar el sándwich antes de que cayese al suelo pero chocó contra la pared, de la cual apareció: "5 puntos".
El ladrón se quedó flipando y se preguntó cómo era que esa niña no estaba en un psiquiatra, pero como parecía divertido alcanzó el jarrón más cercano y lo lanzó contra la lámpara: "30 puntos, es usted el ganador". Paula se puso a saltar de alegría y el ladrón no cabía en sí de gozo. Tan emocionados estaban que se fundieron en un cálido abrazo, y literalmente, ya que se pararon a darse en abrazo bajo la lámpara y ésta, que se había roto, soltaba ácido ardiendo.
El gato al ver el panorama, huyó de la casa lo más rápido que pudo. Tan rápido fue que apareció un camión y, sin verlo, lo atropelló.
El pobre sándwich quedó solo aplastado en el suelo con el corazón partido.
FIN
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
