II

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Capítulo 2: Juguemos un juego.





Se hundió en el largo sofá de la sala, con un cojín cubriendo su rostro.

—Bien, meditemos los hechos, Seung Hyun.— Se dijo a si mismo. —Fuiste atacado por un enano verde, que se robó tu celular. Si, eso ocurrió, te sedujo, tocó tu trasero y se llevó tu IPhone nuevo, ese que tanto dinero te costó. ¡Ay! ¡Vuelve maldito!— Comenzó a mover sus piernas golpeando las almohadas. —¿Cómo te dejas robar por un enano? ¡Un hermoso y encantador enano!

Había perdido toda la noche en la comisaría, donde por poco termina en una celda por discutir con una mujer policía que se reía indiscretamente de la manera en la que había sido robado. Aunque las bromas fueron peores cuando dio la descripción del ladrón. Seung Hyun era un hombre alto, de cuerpo ancho y mirada intimidante, pero su celular se lo llevó un niño bonito que lo sedujo en un callejón donde el sólo se había metido por querer pasarse de listo.

Se golpeó tres veces el rostro con el cojín, antes de volver a sollozar lamentándose por su celular. Ya comenzaba a extrañar la sonrisa de Dae Sung en sus fotos, jamás podría recuperar esa fotografía, ni tantas otras que tenía en la galería. Estaba cansado, con sueño y sudado, pero eso no importaba, el solo necesitaba recuperar su IPhone. Y no porque no pudiese comprar uno nuevo, por el contrario, él sólo necesitaba sus archivos. Nada mas.

No esperó otro segundo, se puso de pié tomando el teléfono de línea para marcar el número de la comisaría, en donde había realizado la denuncia del robo, incluyendo acoso, un pervertido de esa categoría no debía andar suelto por la ciudad.

—Hola. Soy Choi...— Apenas pudo decir, cuando fue interrumpido del otro lado de la línea.

—Si, ya sé, es usted Choi Seung Hyun. Esta es la quinta vez que llama y ya le dije que aún no localizaron al ladrón, en cuanto tengamos algún dato nos comunicaremos. ¡Pero ya deje de llamar para preguntar cada media hora! Por favor, déjenos trabajar.— Respondió la mujer y colgó.

—Que grosera.— Refunfuñó Seung Hyun contra el aparato. —Además es la cuarta vez que llamo, ni eso sabe, ¿Así como pretenden atrapar al duende? Ineptos.

Colgó el teléfono. Se frotó sus párpados antes de observar el reloj de pared. Solo tenía una hora para ducharse e ir a su empleo, donde cubría el puesto de jefe en el área de administración en una empresa hotelera. Hoy sería un día terrible, sin dormir, rodeado de números, la cabeza le estallaria.

Se puso de pié para dirigirse a su habitación, cuando el teléfono volvió a sonar. Atraparon al ladrón fue lo primero que cruzó por la mente de Seung Hyun, cuando se abalanzó sobre el aparato sonoro.

—¿Si? ¿Ya atraparon al delincuente?

¿De verdad crees que esos buenos para nada, van a atraparme? — Sonó una carcajada del otro lado de la línea. Seung Hyun frunció el rostro, poco reconoció la voz pese a distorsionarse por el teléfono. Era el ladrón. Burlándose de él.

—¿Quien eres? ¿Dónde está mi teléfono? ¿Qué hiciste con el?

Tranquilo, no puedo hablar si me interrumpes. ¿Tanto lío por un celular? Solo es un apa...

—¡No te atrevas! Ese celular tiene...

Muchas cosas interesantes. — Terminó la frase. —Y si quieres recuperarlo, debes concederme algo primero.

—¿Cuánto dinero quieres? Puedo darte el valor del celular, más un auto y un viaje a París. ¡Pero devuelve mi celular como está!

—Ah... Tu quieres el celular por las fotos, ¿Cierto?

Corazón En Reparación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora