Capítulo 1

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Extraña, así me sentí cuando un desconocido me paró por la calle y me ofreció un papel del tamaño de un ticket de aparcamiento, en aquel extraño papel decía lo siguiente "Ha sido elegido para disfrutar de un esplendido viaje en uno de nuestros mejores barcos" no entendía nada, no sabía nada de aquél extraño papel, no ponía ni la fecha de embarcación ni ninguna información adicional, así que supuse que me habían tomado el pelo. 

Cuando llegué a casa me quedé perpleja ante aquel suceso que me había ocurrido en el parking del supermercado. Saqué el billete de embarque y me dí cuenta que detrás de este, ponía mi nombre. Pero, ¿cómo podía saber aquel extraño que yo era la tal Juno que estaba buscando, si ni siquiera me conocía?
Borre aquellos pensamientos y me dispuse a hacerme la cena y ver una película en la tele.

Al final simplemente me hice un bol de palomitas y me dispuse a ver "Kill Bill" mi película favorita.

De repente el sonido de el teléfono me despertó y me dí cuenta de que me había quedado dormida en el sofá. Miré el reloj y pude observar que eran las 4 A.M. Quise dejar sonar el teléfono hasta que cesara, pero mi curiosidad hizo que lo cogiera. Respondí al teléfono con un "¿Quién es?". La persona que se encontraba en la otra línea respondió únicamente con cinco palabras "Te recogemos en veinte minutos". 
Me quedé pensativa durante un minuto, la voz que escuché en la otra línea me era muy familiar, pero, no lograba recordar de quien se trataba.
Subí corriendo por las escaleras sin tener la mínima idea de a donde iba a ir a las 4 de la mañana.

Segundos después caí en la conclusión de que, aquella persona que había irrumpido mi sueño, podía ser aquél extraño hombre del aparcamiento, por eso su voz me era tan familiar, pero, como iba a serme tan familiar esa voz si solo la había escuchado 5 segundos.
Decidí atreverme, atreverme a hacer mi maleta a toda velocidad y aceptar aquella oportunidad que mi destino me había brindado. Así, podía aprovechar el viaje para descubrir quien era aquella persona a la otra línea del teléfono y para descansar de mi trabajo.

Mientras reflexionaba todo lo anterior, sonó el timbre. Mi corazón empezó a latir muy fuerte y ahí, me dí cuenta de la inseguridad que tendría al cruzar el marcó de mi puerta. Bajé las escaleras poco a poco, como si... como si me estuviera aproximando cada vez más a mi muerte, cada paso que daba era más pesado que el anterior, cada escalón era como si diera un paso sobre el abismo. 

Cuando llegué a la puerta principal, descansé unos segundos para que mi corazón desacelera su ritmo frenético. Cogí el pomo de la puerta y me decidí abrirla lentamente. Cuando mi puerta quedó abierta de par en par pude vislumbrar en la oscuridad de la noche una limusina. Al lado de mi buzón había un señor, llevaba un uniforme y una gorra con la que no se podía percibir su rostro. Este alzó la mirada cuando se dió cuenta de que había salido de casa. El chico de la gorra tenía la mirada puesta sobre mí, cada paso, cada mirada, cada suspiro, él se daba cuenta. Supuse que era el chófer, pero, no estaba segura. 

Llegué al lado de la limusina, esperando que sucediera algo. El hombre que estaba situado en el buzón se acercó hacia donde yo estaba. Este abrió el maletero, agarró mi maleta y la colocó en el único hueco que quedaba. El hombre de la gorra se apresuró y me abrió la última puerta de la limusina.
De esta salían luces y un olor a champagne caro. Al entrar me quedé en shock durante unos instantes. Dentro de la limusina habían 10 personas, todos estaban hablando entre si.
Parecían asustados, hablaban de como habían conseguido el billete y de cómo habían ido a recogerlos a sus casas.
Me senté al lado de una chica, esta tenía el cabello rosados y el cuerpo lleno de tatuajes. Nada más me senté se dieron cuenta de mi presencia y se giraron a observarme. Un chico fue el primero que decidió meterme en la conversación.

-Oye tú, la nueva ¿cómo te llamas?- preguntó un chico de ojos azules y cabellos oscuros. Aquél chico se veía muy tranquilo y extrañamente, esa tranquilidad que tenía, hizo que mi corazón dejase de ir a mil por hora.

NAUFRAGIO 103Donde viven las historias. Descúbrelo ahora