Intro

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"Hear the sound...
The angels..."

—Juro que asesinaré a alguien si no tengo un cigarrillo en mis labios justo ahora— se quejó Gerard caminando con molestia, mientras miraba a Frank intentando coquetear con Blancanieves

—Vamos Gee, es Disneyland, se supone que debes divertirte...—Intentó animarlo Ray, comiendo de su paleta helada con forma de Mickey Mouse

—Sí claro... –Murmuró Gerard enojado, acomodándose las gafas de sol – Como sea, voy al baño

Se alejó del grupo y comenzó a buscar una de esas zonas para fumadores, se sentó en una banca, encendió un cigarrillo y extendió las piernas, le dolía la cabeza por haber peleado con Lindsey en la mañana, por eso estaba de mal humor, solo que no quería hablar de eso con los chicos porque le avergonzaba que siempre fuera lo mismo.

Soltó un suspiro y de repente alguien tropezó con sus piernas y soltó un gracioso grito lleno de groserías, la gente alrededor los miró mal e incluso una señora cara de rata le tapo los oídos a su hijo cara de ratón, Gerard se levantó de inmediato y a pesar de que quería reírse simplemente ayudó a la chica a levantarse.

— ¿Estas bien?

Una chica de ojos grandes  y labios muy rojos lo miró con el ceño fruncido, se sacudió las manos y asintió

—Lo siento, venía buscando la estúpida Splash Mountain en...—bajo la mirada al suelo, buscando su mapa, el cual Gerard se apresuró a alcanzarle.

—Tus... tus rodillas sangran... ¿no quieres sentarte? –pregunto mientras se quitaba las gafas de sol y la miraba fijamente.

—Mierda...—murmuró ella de nuevo y se sentó en la banca, sacando un pañuelo de su bolsa, Gerard se sentó a su lado – Lindas orejas...—dijo ella soltando una risita mientras se limpiaba la tierra de ambas rodillas lastimadas, Gerard parpadeó confundido pero luego recordó que traía una diadema con las orejas de Mickey Mouse así que se apresuró a quitárselas.

—Mis amigos insistieron en que las usara – dijo el apenado, intentando excusarse, ella volvió a reír mientras ponía unas curiosas banditas de unicornios en sus rodillas y se acomodaba las gafas.

—Sigo pensando que son lindas – se encogió de hombros, era un cumplido de verdad.

Él le devolvió la sonrisa.

—Puedo llevarte al Splash Mountain si quieres...

Así fue como Gerard Way conoció a Olivia Grace.

Así fue como todos los problemas de Olivia Grace comenzaron...

Olivia Grace tenía 26 años pero aparentaba un poco menos gracias a la cabellera de suaves rizos cortos, enormes ojos color avellana y  delicadas pecas en el rostro. Amante de la pizza, los cigarros mentolados, el café negro con mucha azúcar,el ron y las películas de Terror.

Había sido estudiante de Relaciones Públicas en una universidad católica de Nueva York, la cual abandonó para mudarse a California, aunque no le gustaba hablar de eso y si alguien preguntaba solo le regalaba una pequeña sonrisa y se encogía de hombros como si no tuviera idea.

Gerard Way tenía 32 años, preciosos ojos verdes y cabello negro. Le gustaba el café muy caliente por las mañanas (con un poco de crema, sin azúcar), los Marlboro rojos, las galletas de triple chocolate, el whisky en las rocas y las películas de ciencia ficción con poco presupuesto.

Era un hombre multifacético, demasiado famoso como para que le causara sorpresa que Olivia no lo conociera. Escribía cómics, música, también cantaba, tocaba ocasionalmente la guitarra y...

Estaba casado...

Con una mujer del mismo ámbito artístico que él, bonita y tan talentosa que siempre había alguna exposición suya anunciada en el periódico. Eran algo así como el uno para el otro. Con anillos y todo.

Olivia intentó no pensar en los años en los que llevaban casados, hacía que se le cortara la respiración, pero sobre todo le molestaba que no le afectara lo suficiente como para alejarse de él, para simplemente ignorar que lo había conocido, pero ya era demasiado tarde según le gritaba su cabeza, él ya le parecía tan encantador, magnético, interesante, pero sobre todo, solitario y ella no sintió más que la necesidad de quedarse a su lado e intentar que sonriera todas las veces que fueran posibles aún si su propia felicidad se quedara en el camino.

Claro que esto no lo tenía planeado.

"Come screaming..."

Heaven Help UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora