La reencarnación de Xena ¿Hija de los dioses?

Peleas

En el Olimpo

¡Ares! - fue el grito que se escuchó por todo el Olimpo desde la sala del trono

Mierda, ahora qué quieren - se quejó furioso el Dios de la guerra que estaba a punto de besar los labios de aquella a que tanto había deseado tener

Será mejor que vayas, Hefesto no grita porque sí - recomendó Graciela

Bien - la cogió del brazo

Hey hey para - dijo soltándose - te han llamado a ti, yo no tengo nada que ver me voy a ir al campamento, Percy va a estar de un pésimo humor y se supone que tú no estás en condiciones de entrenar para él

Que se cuide ese pringado - gruñó

Cuidate tú - le advirtió ella antes de desaparecer en el fuego

Ares de mala gana se transportó al salón del trono con una toga nueva recibiendo miradas amenazantes de su hermano Hefesto, su madre, padre y tíos, sus demás hermanos se estaban conteniendo aunque la sala del trono parecía a punto de explotar

Me dirán para que me han llamado - exigió saber ignorando la mayoría de miradas

Te atreves todavía a preguntar - rugió Hefesto - del enfrentamiento con Percy, o acaso la paliza que te dio te borró la memoria

Estoy perfectamente hermano, acaso estar tanto tiempo en la forja te dejó ciego - se burló

Basta los dos - espetó Poseidón conteniendo las ganas de matar de Ares - Dionisio por favor

El dios del vino tronó los dedos y un proyector apareció revelando toda la pelea entre Percy y Ares desde su plática hasta la intervención de la hija de Poseidón

Ares más te vale que no hayas hablado en serio - bramó un furioso Zeus que apretaba su rayo maestro

Lo de hacerla mi mujer muy en serio padre - afirmó

Le tocas un cabello a Graciela y juro que te mando al Tártaro - amenazó Hefesto parándose de su trono

A todo esto se veía a una desconcertada Afrodita que miraba la escena con rabia, esperaba esa reacción de su amante pero nunca de su amado esposo, ella amaba a Hefesto, pero él no le prestaba la misma atención que a sus máquinas salvo cuando la dejaba en evidencia con Ares.

Ella será mi esposa, es mi derecho y lo reclamo - gritó Ares

Ella no es Xena - intervino Apolo furioso - no tienes ningún derecho sobre ella nunca lo has tenido

No te metas Apolo - gruñó

Él se puede meter Ares - salió en defensa de su gemelo Artemisa - al igual que yo, hablas de mi hija no de un sucio objeto al que puedes reclamar

Fue la madre de mi hija, mi mujer y la puedo reclamar - exclamó como niño pequeño

Estás hablando de Xena no de Graciela, deja de comportarte como un imbécil - intervino también Hermes

Ellos tienen razón Ares - habló Atenea - debes entender que ella no es Xena, aún así ella nunca fue tu esposa, ese derecho lo tiene otro dios

Madre - volteó a ver a la reina de los dioses

No Ares, nada de madre - contestó Hera liberando su furia - tu hermana tiene razón, el único que puede reclamar ese derecho sería Hércules

Pero él está casado con Hebe - reclamó

Porque tú manipulaste la situación hace tantos años atrás - le sacó en cara Dioniso - le dijiste que ella murió para siempre y por eso el accedió a casarse con nuestra hermana, por eso él no para en el Olimpo sino confinado en esa isla solo con el rastro de locura que aún lo atormenta