Una cosa que no quería hacer ese fin de semana era enseñar el pueblo a el hijo de una amiga de mi madre. Se que acababan de mudar aquí desde Inglaterra blah blah blah, necesita un amigo blah blah blah. La última vez que vi a ese niño teníamos seis años, sus orejas sobresalían y le hacían parecer un elfo. Tiró de mis coletas en varias ocasiones y me derramó el zumo de uva sobre mis ligeras zapatillas de ballet de color rosa. Obviamente, no me caía muy bien.
Pero allí estaba, conduciendo hacia su casa para enseñarle la ciudad. Que divertido.
Me paré delante del camino que dirigía hacia su casa y me bajé del coche. Karen, la amiga de mi madre me recibió con un abrazo y me dijo lo mucho que he crecido. Yo sonreí y asentí, quería que esto acabase ya. Ella me tomó de la mano y me dijo:
-Muchas gracias por mostrarle a Robbie el pueblo hoy, no se ha adaptado muy bien desde que llegamos, no le gusta el cambio. Voy a buscarlo.
Yo torpemente esperé a Robbie bajar por las escaleras y cuando lo hizo me quede sorprendida, permítanme decir que ha crecido en los oídos, y luego ha sido golpeado por los dioses del sexo porque wow era guapísimo. Espera. ¿Acababa de pensar eso?. OMG ¿Pero que estaba mal conmigo? Espera, ¿Por que me está mirando fijamente? Oh, espera, probablemente porque yo le estoy mirando fijamente.
-Umm Hola Robbie soy ___- le digo un poco temblorosa. ¿Que es lo que me pasa?
Él asintió con la cabeza
-Hey- respondió en un tono pasivo.
Yo cambié mi peso sin saber qué hacer a continuación.
-Bueno, ¿por qué no se van ya?- dijo Karen con una palmada.- ¡Que se diviertan los dos juntos!
Robbie y o nos metimos en el coche y yo lo arranqué.
-Estaba pensando que podríamos ir a la ciudad- le digo centrándome en el camino- se de algunos lugares para comer y tiendas y una sala de juegos que van muchos niños de mi escuela.
No hay respuesta ... le miré y él tenia sus auriculares puestos. parecía tan perfecto. Espera. No. No sigas. Sólo le ago un favor a mi mamá. Nada más.
Toque su hombro.
-Eo!- Dije bastante alto
Él me miró y se saco uno de los auriculares.
-Lo siento, ¿qué?- Me preguntó.
Suspiré y me repeti a mí misma. Él sólo asintió y volvió a su música.
Fuimos a la ciudad. Robbie empezó a abrirse un poco más, pero era todavía un poco tranquilo. Fuimos a un par de tiendas, conseguimos un poco de helado, pasamos un poco de tiempo en la sala de juegos donde se reunió con algunos de los chicos de la escuela con los que él parecía muy cómodo alrededor.
De camino a casa nos quedamos bastante en silencio. Conversación educada aquí y allá. Nos detenemos en el camino de entrada y se volvió hacia mí.
-Me gustaría darte las gracias por hacer esto hoy. Sé que probablemente no querías y fue muy amable de tu parte. Moverse a través del océano, kilómetros de distancia de mi familia ha sido muy difícil para mí. Me siento un poco solo y es agradable saber que hay gente buena en esta ciudad como tú. - Me dijo con una pequeña sonrisa.
-Oh, no fue nada Robbie- dije ruborizada- Me divertí mucho hoy. Y no tines porque sentirte solo, me tienes a mí.
Su sonrisa se hizo un poco más grande en ese comentario.
-Wai- dijo -tal vez podemos hacerlo otra vez pronto- él tomó una servilleta de las que habíamos cojido para los helados y nos habían sobrado y garabatea algo en ella. Cuando acaba me la da.
-Ten mi numero, ¿Me envías un mensaje luego?- Dijo mientras salía del coche. Lo mire llegar hacia su casa, cuando llego a la puerta se giró y me miro, luego entro. Yo sonreí para mis adentros. Conducí ansiosamente hacia casa, no podía esperar a mandarle ese mensaje.