Fourty Eight

1.7K 165 91
                                    

Toby no se atrevía a mirar a su madre, no después de que había visto a Blake llorar. Y Blake nunca llora.
Siguió jugando con sus dedos esperando a que su madre hablase, el tiempo avanzaba tan lento y aún era capaz de escuchar los sollozos de su hermano que se colaban hacia su habitación.

-¿No vas a explicarme nada?- la señora Anderson rompió el silencio poniendo tenso al beta.
-No sé que tengo que explicar...- murmuró el chico. En verdad no sabía el porqué su madre lo castigaría a él también.
-Quítate la ropa y muestrame tu pantalón de la escuela- al beta se le subieron los colores al rostro, no le gustaba que nadie que no fuera Blake lo viera, ni siquiera su madre.  Aunque tampoco podía mostrarle su cuerpo a su madre, no podía enseñarle eso.
-No...- murmuró nuevamente, encogiéndose en su lugar. -No estoy ocultando nada...-
-Has lo que te digo, Tobías-

El teñido tensó su mandíbula sintiendo como las lágrimas le nublaban la vista, no quería preocupar a su madre con sus problemas en la escuela, por eso se lo contaba a Drake... Hasta que él formó su familia. Desde ese entonces se guarda los problemas para si mismo, por temor a que algún día ocurriese lo mismo que cuando se lo contó a su padre.

-Me vas a obligar a hacerlo por las malas- Toby se mordió la lengua, no quería, pero tenía que hacerlo. -Te doy tres segundos para hacer lo que te digo-

El beta finalmente se quitó la camiseta e intentó cubrirse con sus brazos; la mujer se levantó de donde estaba y se acercó rápidamente a su hijo. Alejó los brazos de su hijo y observó cada detalle de la piel de este, encontrando lo que buscaba.

-¿Cuándo ibas a contarme de esto? Soy tu madre, deberías contarme todo lo que te pasa- la omega soltó los brazos de su hijo sin dejar de observar las quemaduras que adornaban el abdomen del beta; parecían haber sido hechas con cigarros y a la mujer se le pasó por la cabeza que podría haber sido Blake el causante de aquello. -¿Quién te las hizo? ¿Fue tu hermano?-
-No...- murmuró el beta nuevamente. Su abdomen era en donde menos tenía aquellas marcas, sus piernas se encontraban mucho peor y su pantalón de escuela era testigo de aquello. -Blake no fuma frente a mí...-
-¡Entonces dime quien lo hizo!- la señora Anderson comenzaba a desesperarse.

Lo que realmente había pasado y la razón por la que iba a castigar a su hijo era porque había recibido una llamada de la escuela de su hijo menor. En un principio pensaba que podría tratarse de los estudios de Bonnie, ya que lo que según sabía, su hijo y Frank habían dado unos exámenes para salir de la escuela antes debido al embarazo del chico. Cuando finalmente le dijeron que se trataba de Toby comenzó a preocuparse un poco, sus dos hijos menores siempre habían sido malos para hacer amigos y la mayoría del tiempo eran molestados por sus compañeros. Todo lo contrario a sus hijos mayores.
En un principio se sintió enfadada en cuanto le dijeron que su hijo había bajado notablemente sus calificaciones y que había insultado a uno de sus profesores porque este le había querido sacar información a la fuerza sobre lo que le pasaba. Iba a cortar la llamada ya que su enojo con Toby se estaba mezclando con el que tenía por Blake, hasta que se le dio la noticia de que Toby podía estar siendo víctima de bullying.

No, no que podía estar siendo víctima de bullying. Toby era víctima de bullying.

Y no un bullying de sólo palabras; Toby solía ser golpeado por un chico de menor grado que él, junto al grupo de amigos del abusón, pero eso no era lo único, aquellos chicos usaban a Toby como cenicero, saco de boxeo y solían robarle todo lo que podía tener un buen valor.
Todo aquello lo hacían como venganza porque uno de los hermanos de Toby hizo algo que molestó al líder de ese grupo.

Y ese había sido Bonnie.

Toby no sabía porqué, pero aguantaría todo si eso significaba que no le harían nada a su hermano. Sabía que a Bonnie nadie le haría daño con Frank y la familia Frost cerca de él, pero gracias a los gemelos, ahora sabía que Frank no estaba estable y que posiblemente había perdido un ojo.
Volviendo al tema de Toby y el bullying, la señora Anderson era incapaz de hacer algo. Si bien la sociedad respetaba a los omegas, su palabra no era nada contra la de algún alfa o beta. Estaba enojada con su hijo por no haberle contado, pero a la vez quería cuidarlo como si fuese un bebé. ¿Recuerdan aquella vez que Toby llegó con una pierna fracturada a su casa? Ese fue la primera advertencia para Bonnie, pero en esos tiempos, al omega no le importaba mucho lo que le pasara a sus hermanos.
Los chicos que solían molestarlo se dieron cuenta de que Frank comenzó a acercarse demasiado a Bonnie y sabían lo peligroso que podía llegar a ser, así que decidieron empezar a lastimar a Toby porque sí. Porque les gustaba verlo sufrir. Porque les gustaba ver como se creía las mentiras que le decían.

Imprudent 「ABO!Fonnie」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora