Entrada II.

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Entrada II

Son eso los momentos en los que te das cuenta que planear no cuesta nada, salvó una perdida tremenda de tiempo. Tiempo que lo pude haber invertido en otras cosas mucho más productivas, como informarme más sobre algunas cosillas, por ejemplo que cuando alcanzas cierta edad y eres mujer, puede que sangres por lugares que jamás se te había pasado por la cabeza, y que cuando sucede no debes entrar en pánico pensando que están creciendo unas bolitas que se están multiplicando y te están devorando por dentro.

Cosas así pasan en la vida.

Ese tipo de sorpresas que te da la vida empiezan a moldear tu personalidad y lentamente, poco a poco y minuto a minuto, te vas convirtiendo en otra persona.

Tal vez el cadáver se queda observando frente al espejo durante minutos buscando alguna señal de que sigue viva aquella mocosa que soñaba con ser famosa y poderosa, pero en su lugar encuentra una imitación barata de lo que antes solía ser, un deformado cadáver al que ahora llaman adolescente.

Y ahora la escuela no es lo que era antes, las calificaciones menos ¿Y los amigos? Bueno, ahora todos juegan a ver quien es la chica popular y el chico cool.

Mientras yo sin darme cuenta empezaba a tener un gran problema. Problema que no había notado hasta que fue demasiado tarde. Y es que piensas que es normal y no le tomas importancia.

Pero un día observas que todas tus amiguitas se dedican a hablar sobre quien es el chico más guapo de salón.

O a contar sobre lo súper enamoradas que están de su nuevo novio.

O pelear contra la arrastrada que les quiere quitar a su amor verdadero.

O comentar sobre la cantidad de cuernos que le ha puesto el susodicho.

O pedirte de favor si les puedes comprar una prueba de embarazo.

Todo eso sucede mientras alguien muy inteligente te pregunta:

-"¿Y a ti quién te gusta Natsuki?"

A lo que respondes que nadie, pero no te creen.

Entonces desde ese momento me empecé a preguntar por el amor de mi vida y recuerdo que en mi niñez quería encontrarlo, pero lo había olvidado porqué estaba ocupada cuidando a mi hermana mayor, Tomoe.

Cuidando que no se le ocurra encerrarse en su cuarto.

Cuidado todas las cosas punzó cortantes de la casa.

Cuidando todas las corbatas de papá.

Cuidando que estén completas todas las cajas de pastillas que mamá necesita para seguir viviendo.

Todo eso mientras trato que Tomoe no se lo tomé como algo personal y se ponga a llorar durante lo que resta del día y la noche.

Y así el tiempo pasa, se termina la preparatoria y comienza la universidad. Entre los pocos amigos que tengo nos prometemos que seguiremos en contacto.

Que nos llamaremos seguido.

Que nos reuniremos una vez al mes.

Que más adelante rentaremos entre todos una casa.

Que nunca de los nuca nos olvidaremos porqué siempre seremos amigos.

Y es así que después de tres semanas agradeces que no saben ellos donde vives por que siempre les diste largas, y te decides a cambiar tu número de celular, eliminar toda la montaña de fotografías llenos de recuerdos que quedaron guardadas en la memoria del celular, elimina tu cuenta de Facebook, de Twitter, si eres más viejo tu cuenta de Hi5 o cualquier otra red social que se te haya ocurrido abrir, también cambias de correo electrónico para iniciar una nueva etapa de tu vida en la universidad.

Y no es que me haya vuelto una persona payasa y cruel. No, claro que no. Solo que tenia dieciocho años y sé que todas esas promesas ya las había escuchado en otro lado, en otra época y en labios de otras personas, pero todas y cada una de ellas terminaban en lo mismo.

En romper las promesas.

Porqué jamás nos volvíamos a ver.

Jamás pasaríamos tiempo.

Jamás se sentiría como antes.

Por que así como avanzábamos, entramos y salíamos de la vida de las personas sin detenernos a pensar en el posible vacío que dejamos cuando nos vamos.

Está vez, yo no seria la que se quedaría esperando y añorando la amistad perdida. Está vez yo decidía dar por terminado todo este númerito.

Para la universidad ya no caería tan fácil en estas tontería de amistad.

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Noir Désir (ShizNat) EDITADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora