The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

5

—¡Frank!

—Qué.

—Quién se comió mi mitad del Mendocino que había en el refrigerador.

—¿Tú?

—¡Tú!

—No.

—Te lo estás comiendo ahora.

—Ah. Qué bueno.

—¡Deja de comerte mis cosas! ¡Siempre te comes todo lo que hay en el refrigerador!

—Porque me da hambre. Además no dice tu nombre, así que vete y déjame comer.

—¡Era mío!

—¿Lo quieres?

—Sí.

Frank agarró el pedazo que quedaba y se lo lanzó a Debbie en la cara.

—Toma.

—¡Te voy a matar!

Debbie se acercó a Frank pero él la agarró de las muñecas y le puso una mano atrás del torso.

—¡Me duele!

—Ríndete.

—¡Nunca!

Frank la empujó afuera de su cuarto y cerró la puerta.

—No vuelvas a entrar.

—¡MAMÁ!

—Estúpida.

Frank se echó en la cama y siguió viendo su teléfono.

Un rato después, la puerta se abrió.

—Frank, por qué te comiste el pastel de tu hermana.

—Porque estaba en el refrigerador y lo que está ahí es de todos.

—¿Qué pasa, Frank? ¿Por qué odias tanto a la gente?

—No odio a la gente, odio a Debbie.

—¡Es tu hermana!

—¡Y está loca!

—¿Como que loca bastardo? ¡YO FUI LA PLANEADA!

—¿Entonces por qué eres tan estúpida?

—¡Mamá!

—¡Frank!

–¡Me voy de aquí! —dijo Debbie—. No le quiero ver la cara a este asocial.

—Tenemos la misma cara, enferma mental.

—¡Frank! —lo volvió a regañar su madre.

—¡Mamá! —le dijo en el mismo tono.

—¡Espérate a que llegue tu papá!

—¡No va a volver! Cuando se van a comprar cigarros no vuelven.

—¡NO DIGAS ESO NI DE BROMA! ¡Estás castigado sin televisión!

—No veo tele.

—Pásame ese celular.

—Como quieras.

—No puedes salir hasta mañana para ir al instituto.

—Qué mejor.

—¡Entonces fuera!

—Me agrada la idea.

—Acompaña a Debbie.

—¡Mamá, no soy yo la que está castigada!