Del odio hambriento

Parte 1 Sin Título

Disclaimer: Shingeki No Kyojin es propiedad de Isayama. 

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Macerando, rasgando capas de sudor y placer, mordiendo piel y polvo, buscando odio y amor, amor y odio, redención, justificación, motivos, un blanco.

Ven en los ojos los ojos del otro, la vida maldita, el mundo maldito, podrido, plagado de sed y hambre de paz que no pueden soslayar. Lo miran, lo quieren, al odio. Lo consiguen y lo hacen trizas, con ojos ávidos de rigor y de pasión por mancillar.

No hay culpas ni condenas, ni prejuicios en las garras del otro. Son bestias feroces deseando engullirse. Carne, sangre, alma. Hasta la última gota, hasta el último aliento, se acechan y rugen antes de enredarse en un vaho tempestuoso de garras, dientes y gemidos.

Son bestias pobres y carentes que buscan reafirmar una determinación vacía en las fauces del otro. Criaturas pequeñas y desnudas enmarañando sábanas, brazos y piernas en una oleada de pulsaciones mortíferas.

Reencuentran el odio en brazos del otro, hacen amor del odio, hacen trizas ese amor de rencores, calamidad y perturbación, y lo recrean con odio de soledad, de luz y de alma.

Entregándose, rindiéndose, a una salvación figurada que en el calor de la bestia se siente real. Sin miedos, sin esperanzas, sólo cediendo al hambre del otro.

Besos de amor abyecto, mordiscos de tierna mediocridad. Lágrimas y risas en el fondo del gemido y locura y desborde en la punta de la lengua.

Son asesinos impíos de su propio deseo. Pérfida génesis de un amor miserable.