Aclaraciones: Aunque no es estrictamente necesario, el es un precedente para este fanfic, así que si quieren leerlo, pues está aquí mismo.
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Después de una semana en casa del abuelo, otra aventura lo esperaba. Un nuevo lugar por conocer, y ¿Para qué negarlo? Estaba ansioso y nervioso a la vez. Sería la primera vez que visitaría a Otabek luego de Barcelona, desde entonces sólo intercambiaban mensajes y llamadas, incluso videollamadas de Skype algunas veces, cuando sus horarios lograban coordinarse permitiéndoles verse al menos por la cámara del teléfono.
Estaba nevando, así que mermó la insistencia del abuelo por acompañarlo hasta el aeropuerto. Con el clima y la salud de Nikolai lo mejor era que se quedara en casa a descansar.
Un beso y un fuerte abrazo antes de irse. Si su condición médica mejoraba como lo estaba haciendo, le compraría un pasaje de avión para que pasara algunos días con él en San Petersburgo. Nada podía ser mejor que tener al abuelo cerca.
Abordó el taxi y abrió la bolsa de papel que su abuelo le dio, con algunos piroshkys para no morir de hambre. Extrañaría mucho su comida.
...
El vuelo llegó al aeropuerto internacional de Almaty pasadas las cinco de la tarde, justo como le había dicho a Otabek. Quiso comprar él mismo el boleto de avión pero su amigo se adelantó a él y sólo le avisó cuando y a qué hora salía el vuelo de Moscú a Kazajistán. Más de cuatro horas sobre al cielo y estaba ahí.
Se quitó los audífonos al salir de la sala de abordaje y descenso, hacia la sala de espera. Sus manos de pronto estaban muy frías, y las sentía sudar. Estaba nervioso y no sabía por qué. Quizá porque hacía meses que no veía a su amigo de frente o porque era su primera vez en ese país, o tal vez porque iba a conocer a la familia de Otabek...
— ¡Hey! ¡Soldado!
Aquella voz lo sacó de sus pensamientos obligándolo a levantar el rostro. Reconociendo un rostro entre la multitud.
Como por inercia sus piernas avanzaron con rapidez hacia él, eufórico por el encuentro al punto de olvidar el sudor en sus manos y dejando de lado el nerviosismo para simplemente, dejarse llevar.
— ¡Beka! – gritó emocionado, rodeándolo fuertemente con sus brazos por el cuello, aunque la diferencia de estaturas no era mucha, tuvo que ponerse de puntillas para alcanzarlo.
Reconocer a Yuri entre la multitud no fue complicado, resaltaba entre el resto de los kazajos por ese cabello rubio y gestos occidentales, además de ser jodidamente hermoso. Sus brazos lo rodearon por la cintura, estrechándolo contra él en un gesto lleno de felicidad por tenerlo ahí, en su país. Aunque intentaba disimular para no delatarse.
Una sonrisa inusual con los extraños curvó los labios del moreno, quién luego de impregnar sus pulmones con el aroma del rubio se decidió a aflojar el agarre suavemente, para evitar que el tacto se diluyera bruscamente entre ellos. Cuando al fin estuvieron separados revolvió amistoso el cabello del menor, quién movió la cabeza como león para reacomodarlo.
— ¿Qué tal el viaje? – preguntó tomando su maleta para caminar a la salida del aeropuerto.
— Mñeh... - un gesto simple, acompañado de una mueca que poco decía. — Fue menos largo que los vuelos de las competencias. – no tenía mucho que decir al respecto, odiaba pasar tanto tiempo sentado, pero se las ingeniaba para soportar. Entre juegos, un libro y la música de su celular, además de una siesta al salir del cielo ruso.
— Iremos a casa para que puedas descansar, seguro que el viaje fue cansado. Mañana por la mañana haremos turismo. Ven. – y sin preguntarle, tomó su mano para que no se quedara atrás y comenzó a caminar a la salida.
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Otayuri week
FanficSerie de oneshots y drabbles Otayuri; con motivo de la #OtayuriWeek