Eran las 7 de mañana cuando Vanessa me golpeó la puerta.
-Permiso- dice abriendo la puerta muy despacio- te traje el uniforme- mostrándome la ropa que lleva en las manos.
Me pongo el uniforme y aunque no me encanta no es del todo desagradable; consiste de una polera manga corta de color anaranjada con la insignia del colegio color roja al lado esquinero en la parte superior y una falda falda gris, creo que fue buena idea mandar un mensaje con mi talla de ropa y número de zapatas a mi papa.
Al salir de la habitación me encuentro con Mateo, quien lucia el mismo uniforme solo que el en vez de falda llevaba un pantalón gris muy apretado.
-Bueno días hermanita ¿como dormiste?- me pregunta tocándole el hombro.
-bien- es lo único que puedo decir.
-¿estas lista?
-¿lista para que?
-Es tu primer día de clase.
- ah! Si.
-Estas un curso más abajo que yo, pero tengo una amiga que va en tu nivel, ¿si quieres te la presento?.
-Bueno.
En eso entra Vanessa y nos dice que vamos a desayunar.
El desayuno constaba de jugó natural de naranja y tostadas con mermelada, pero yo solo tome la mitad del vaso de jugó y salí rápido por que mi papá estaba tocando la bocina del auto como loco.