Prólogo

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Hablar del árbol genealógico de Lauren Jauregui era hablar solamente de cáncer.

Lauren tenía solo siete años cuando se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor y de lo que pasaba con su familia. Cuando a uno de sus primos le detectaron Leucemia a una temprana edad. Su familia se derrumbó por tal suceso porque él solamente tenía ocho años, con un gran futuro por vivir, el cual su enfermedad derrumbó. Todos aquellos sueños que fueron apagados cuando Tyler falleció un año después. Fue un duro golpe para su familia y para ella, que en su inocencia no entendía que tendría una estrecha relación con aquella enfermedad.

Un año después de la muerte de Tyler, falleció la persona que estuvo a su lado desde que era una bebé, su tío. Aquel hombre que le había enseñado a tocar el piano desde pequeña, el hombre que era el hermano de su padre había fallecido a causa de un cáncer al estómago. Solamente había bastado con ir a un chequeo casual cuando le detectaron aquel cáncer y cuando sucedió eso, parecía que la enfermedad se hubiera avivado al sentir que comenzarían a luchar contra ella, pero no fue suficiente tanta batalla porque él murió un mes y medio después, dejando a su sobrina de nueve años completamente destrozada por su muerte.

Lauren tenía solamente diez años cuando el hermano de su abuela fue detectado con un cáncer al pulmón. Aquella palabra ya estaba prácticamente grabada en la mente de esa niña de ojos verdes, que se había vuelto cada día más callada. Al haber escuchado una conversación en el que mencionaban el nombre de esa enfermedad que la comenzaba a perseguir, sintió el dolor nuevamente apoderarse de ella, sobretodo porque ya nadie en su familia quería mencionarle sobre lo que pasaba con su tío.

Cuando iba a la mansión de sus abuelos, nunca le permitían pasar cerca a la habitación de su tío James por ninguna circunstancia, hasta que una día cansada de extrañarlo, se escabulló para ir a su habitación también a causa de que quería contarle que había ganado el concurso de talentos de su colegio y con esperanza le llevó el premio para que lo viera, con la idea de que eso lo hiciera sonreír y mejorar.

Quizás nunca debió haber hecho tal cosa cuando lo que vio la dejo totalmente perpleja. Un hombre que era la sombra de lo que alguna vez fue su tío James se encontraba recostado en su cama, conectado a un tanque de oxígeno, delirando porque su muerte se aproximaba. La enfermedad lo había consumido tanto que ya no era el mismo hombre que Lauren alguna vez había conocido.

La pequeña dejó caer el trofeo al suelo, sintiendo como las lágrimas caían por sus mejillas, comenzando a correr para salir de ahí cuanto antes por la impresión que le había causado tal escena y porque no quería verlo de esa forma, le dolía mucho. Corrió al jardín, tratando de escapar de la imagen que se había quedado grabada en su memoria. Sin imaginar, que su tío iba a fallecer tres días después.

Pero no fue el único familiar suyo que murió a causa de esa enfermedad, continuaron las despedidas a través de los años, en las que poco a poco aquella palabra quedaba cada vez más grabada en su memoria y cuando Lauren tenía trece años de edad, sufrió la perdida más grande que tuvo alguna vez.

La muerte de su padre a causa del cáncer.

Fue como si en ese momento, luego de tantos años de una estrecha relación entre ella y el cáncer, por fin se hubiera dado cuenta que su familia estaba atada a ese horrible mal. Ella vivió mucho más de cerca el sufrimiento que causaba la enfermedad y como está te consumía lentamente porque ¿quién sería capaz de alejar a una pequeña niña de los brazos de su padre?

Fue tanto su dolor cuando su padre falleció que poco a poco se volvió una niña retraída que le gustaba estar a solas. Se alejó de sus amigos y enfocó su vida en lo único que le importaba hasta el momento, escribir y cantar. Sin embargo, cuando tuvo una charla con su abuela, una de las noches en las que ambas tuvieron una pequeña plática, que hizo que esa niña de ojos verdes admirará mucho más a esa mujer que era su adoración porque por primera vez alguien era sincera con ella, sin importar que era una niña porque ella también tenía derecho a saber.

Su abuela había perdido a sus dos padres a causa de esa enfermedad, había perdido a tres de sus hermanos por esa enfermedad, había perdido una cantidad inigualable de primos, había perdido sobrinos y ahora había perdido a dos de sus hijos también a causa de aquella horrible enfermedad.

Todo aquello había forjado el carácter de esa niña, que comenzó a crecer entre el dolor y el sufrimiento, dándose cuenta que al menos una persona de cada línea en su árbol genealógico había sufrido de cáncer, haciendo que se diera cuenta que ella no iba a permitir que el sufrimiento se expandiera y continuará, que le daría por su lado un final a todo aquello, sin importar que se quedará sola porque Lauren de cierta forma había comprendido que la vida quería eso, ponerle un fin a su árbol genealógico sin dejar crecer ni una rama más.

Todos esos sucesos la habían vuelto la mujer que era hoy; Lauren Jauregui, la artista más consagrada en el medio, pero una de las personas más solitarias en el mundo.

Canciones Desesperadas » CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora