La primera vez

221 33 5
                                    


Había una palabra para definir como se sentía el checo en esos momentos: nervios. Miraba nervioso el pasillo que le llevaba a la pista de la copa de China. Trago saliva mientras repetía que todo saldría bien, no tenía que presionarse, al fin y al cabo, era la primera vez que competía en una gran competición, su primera año en Senior, había conseguido pasar los regionales de su país, eso debía de valerle por ese año. Movió las manos, nervioso, imaginándose que pasaría si llegara a pasar y pudiera llegar a la gran final. Negó rápidamente con la cabeza, no, no, no iba a poder ser ¡Solo tenía dieciséis años! Su entrenador le había dicho que se lo tomara con calma, iba a coger práctica para los siguientes años además ¿a quién iba a engañar? No ganaría nunca un Grand Prix teniendo a Viktor Nikiforov y a Chris Giacometti todavía patinando en la pista. Negó con la cabeza, mal Emil, tenía que ser positivo y sobre todo tenía que hacer lo que más le gustaba en el mundo: Salir a patinar y disfrutar haciéndolo. Se tocó la pulsera que le había dado su madre, una azul y roja que le regalo cuando paso los regionales para que le trajera suerte y le diera animo cuando le faltara. Bien, había llegado el momento de salir y ver qué es lo que había más allá de ese pasillo.

Al salir, lo primero que se fijo es que era más grande de lo que era la pista donde hizo lo regionales y más de lo que lo era Junior, pero eso no podía ponerlo nervioso. Al menos eso se repetía una y otra vez. Prefirió no fijarse en quien estaba patinando en ese momento, aunque era alguien de pelo negro, sus ojos no pudieron fijarse en muchas más cosas pues alguien paso su mano por los hombros y le termino pegando a él sin que pudiera impedirlo.

-Mon petit tchèque, que gusto verte ya en senior-comentó aquella persona que le había acercado haciendo que el más joven mirara hacia arriba para ver a uno de los mejores patinadores que había en la competición. Chris le dirigió una pequeña sonrisa como quien se la dedica a un hermano pequeño, no por nada Emil había estado entrenando con él hasta que decidió cambiar de entrenador para hacerlo desde su país natal. Se llevó una grata sorpresa al ver que el sorteo los había cruzado pues tenía curiosidad por saber cómo habría mejorado el rubio en ese año que habían estado separado- ¿preparado para la liga de los mayores?

-Creo que no...-murmuro mirando a la pista durante unos segundos antes de rascarse la nuca, pero no paso demasiado tiempo antes de que una sonrisa adornara su rostro, una que parecía casi perpetua-Pero lo estaré en unos minutos, no pienso dejarme amedrentar por los mayores

-Esa es la actitud-dijo Chris separándose un poco, recordando cómo había sido él en su primer año, siempre admirando a Viktor ¿Quién le iba a decir que se iban a convertir en los mejores amigos? No hubiera apostado por eso hacía unos años desde luego-Actúas después de Crispino

-Oh... ¿Quién es Crispino? -pregunto volviendo a mirar la pista

Su pregunta no tardo demasiado en ser contestada pues el italiano entro a la pista tras despedirse de una chica muy parecida a él. Pelo castaño, no muy alto, aunque era bastante guapo. Su traje pegado hacia ver su esbelta figura, Emil no hubiera resaltado anda más si no hubiera visto esos ojos amatista que fue lo que hizo que se quedara mirándolo tan atentamente al principio. Luego fue el patinaje. Cuando ese tal Crispino se empezó a mover, Emil no pudo despegar los ojos de él, esa manera de moverse como si cada paso conllevara un sentimiento que había tenido el cuidado de colocar ahí, esa manera de transmitir había hecho que el joven rubio se le pusiera la piel de gallina. No había visto cual era el tema de ese desconocido, pero sin duda, era el amor. No había otra posibilidad de lo que estuviera transmitiendo fuera otra cosa. Esos pasos, la música, como se movía por la pista como si el resto del mundo hubiera dejado de insistir para el patinador... todo eso tenía a Emil hipnotizado haciendo que algo dentro del joven hiciera clic, simplemente algo empezó a funcionar en su, aun adolescente, cabeza. Se mordió el labio cuando la música acabo, apenado de que esa rutina se acabara, deseando que fuera el día siguiente para volver a ver al italiano.

Su actuación no obtuvo una gran actuación, no tuvo unos grandes saltos ni difíciles incluso se cayó un par de veces, pero como le dijo su entrenador todo lo tenía planeado pues no esperaba que la presión del primer senior fuera superada con facilidad ni siquiera por alguien con el carácter de Nekola. Emil no se entristeció, aplaudió la actuación del suizo pues fue, como siempre, maravillosa, seguramente motivada por la competición que tenía Chris con el ruso para dejar de ser el segundo siempre.

Al día siguiente, Emil vio como Chris se alzaba con el oro tras la actuación libre y como el italiano obtenía una tercera plaza. Se había enterado de su nombre y de quien era esa chica de la que no se despegaba. Sabía que no se lo volvería a encontrar en las pistas ese año, pero quizás... quizás pudiera hacer algo desde la grada. Se mordió el labio, decidido a hacer algo al respecto ¡no podía quedarse así! Chris se había reído de su determinación empezando a comentar cosas sobre el amor que Emil negó rápidamente, sonrojado, pero ni Chris pudo derribar su decisión cuando señaló que el grácil italiano se había caído nada más salir de la pista y de una manera bastante cómica.

Daba igual lo que pasara y le dijera el suizo, su determinación estaba en lo mas alto.

Había decidido hablarle a Michele Crispino costase lo que costase.

.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 24, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora