¡BIP! ¡BIP! ¡BIP!
Lunes, ese día en el que toda la gente se despierta a altas horas de la madrugada para comenzar una jornada ardua de trabajo o escuela, ese día donde vuelves a encontrarte con tus amigos despues de un buen fin de semana, ese día en el que las personas despiertan felices y con mucha energía para empezar la semana, es ese día en el que...¿A quien engaño? El Lunes es el día mas detestable que puede existir en la vida, es justo desde ese día en adelante donde el marcador del reloj te importa ya que te tienes que levantar temprano porque tienes que ir a tu nueva escuela y odias los estúpidos sonidos de las alarmas, aparte te das cuenta de que no tienes amigos ya que te acabas de mudar y te deprimes más y...oh cierto, esa es mi vida y ese día es hoy
Lunes 06:30am.
Me despierto con el hermoso sonido de mi querida alarma *nótese el sarcasmo* que me regalo mi lindo hermano para Navidad y así lograr hacerme sentirme bien ya que luego entraríamos al instituto o mejor dicho, para molestarme restregandome el regreso a clases. Si, hoy es ese estúpido día.
Me levanto de mi cama con muy mala cara mientras me adentro al cuarto de baño, senti algo extraño en mi rostro asi que lo toque para saber que era.
—Ay dios, saliva seca, pan de cada día— pensé
Me lavé el rostro y luego me sequé este mismo con una toalla, después fui a la ducha y entré, en unos veinte minutos ya estaba fuera secándome el pelo con otra toalla. Me puse ropa interior, un jean ajustado color azul, una camiseta blanca dentro del jean y unas Vans blancas. Dejé el pelo suelto y tome mi Iphone y mochila para mas tarde bajar rápidamente las escaleras.
El día de ayer fue un dia muy divertido. Nos levantamos muy temprano para despedirnos de papá ya que se tenia que ir a Madrid para cerrar algunos negocios, luego Oli nos llevo a la playa. Mamá nos habia enviado las tablas el Sábado así que surfeamos y pasamos toda la tarde comprando y recorriendo la costa de la ciudad, verdaderamente siento que Portland es una ciudad muy linda.
—¡EMMA DAUCKINS VAN LAUREN!— Oí un grito que me sacó de mis pensamientos; Harry.
—¿¡QUÉ QUIERES ESTÚPIDO MUNDANO DE MIERDA!?— woow, me pasé po.
—Emma— me advirtió Oliver que iba bajando las escaleras con su mochila y tecleando algo en su teléfono.
—¡Agh! Lo siento Harry— dije avergonzada mirando el suelo y tomando mi codo con la otra mano como niña pequeña.
—Da igual, te estaba preguntando que querías para desayunar-—dijo Harry con un tono agotado, seguro se había cansado de gritarme anteriormente cuando estaba pérdida en mis pensamientos.
— Tranquilo, yo me ocupo— dije yendo a buscar un cuenco para luego llenarlo de cereales y leche, todo estaba bien hasta que derramé un poco de leche en la isla sin darme cuenta.—¡Por el amor a los Dioses!—¿¡Cómo puedo ser tan estúpida!?
—Lo mismo me pregunto yo todos los días— dijo mi conciencia
—¡Cállate conciencia! ¡Te recuerdo que somos la misma persona!—
—Y cada día me arrepiento más de estar acá—
—Eso me llego al corazón...—
—JÁ, ¡pero si tu no tienes!—
—Calla, ¡me gusta creer que lo tengo!—llorique en mi mente.
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—¡EMMA! ¡CORRE! TENEMOS QUE IRNOS, ¡SE NOS HACE TARDE!— Gritó Oliver mientras me lavaba los dientes.—¿Qué mierda te sucede?—
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Mi Única Regla
Teen FictionEmma Dauckins; aspirante a 15 años de felicidad, decidida a recorrer la adolescencia de la mejor forma posible, sin hallar esa extraña sensación de cosquilleo por sus adentros, o como la gente lo hace llamar, el amor. Pero ¿qué sucedería si de un m...