Recuerdo mi primer día de liceo, estaba emocionado, después de tanto tiempo esperando, al fin podría prepararme y estudiar lo que yo quería, mi sueño, estudiar contabilidad. El único liceo al que postulé fue al Comercial de Talcahuano, muchos me dijeron que que pasaba si no me aceptaban, pero siempre me aseguré de tener buenas notas en la enseñanza básica, yo sabía que quedaría aceptado, el primer día tenia nervios, no sabía en que curso estaba, que sala me tocaba, no sabía nada, así que con toda la perso llegué a mi primer día de clases; recuerdo que nos juntaron en el gimnasio y a medida que nos llamaban no íbamos formando, 1º A... 1ºB... 1ºC... y seguían ¿y yo cuando? me preguntaba,, hasta que por fin 1ºG y me llaman a formarme, bueno dije yo, ya que diantres, caminamos a la sala, y me percaté que había un grupo de alumnos mayores mirándonos, y me dio vergüenza sobre todo porque había uno que me miraba demasiado, me molestó que me observara tanto, seguí caminando entramos a la sala y nos sentamos, recuerdo que me senté al lado de una niña muy bajita, Paulina era su nombre, me pareció agradable y ademas le gustaba el animé, nos hicimos buenos amigos.
Después de tomar asiento y que la profesora nos diera una mini charla sobre la nueva etapa educacional y bla bla bla, nos dijo:
- Nuestro Liceo cuenta con un programa de tutoría, así es que cada uno tendrá un tutor, un alumno de 3º año, que ya cursa una de nuestras carreras, el cual los ayudará con sus tareas y a tomar una buena elección durante sus dos primeros años - muchos de mis compañeros comenzaron a murmurar de mala gana y que no querían un tutor - pero, también se les da la posibilidad de elegir, si quieren aceptar el tutor, o lo rechazan, pero después no se quejen - y tomó asiento en su mesa, y comenzó de nuevo - los que no quieran el programa de tutoría, recojan su horario acá adelante y pueden retirarse.
Todos se pararon recogieron su horario y se fueron, solo quedamos 3, no iba a desaprovechar que alguien me ayudara a mantener un buen promedio, mi objetivo era claro.
- Bueno - dijo la profesora - denme sus nombres, y esperen acá, que llamaré a sus tutores - anotó nuestros nombres y acto seguido salió de la sala, casi 15 minutos después entraron 3 alumnos mayores, 1 niña, y dos chicos, y la sorpresa fue mayúscula cuando vi entrar a ese chico que me miraba antes camino a la sala, mayor aun la sorpresa cuando se sienta frente a mi y se presenta:
- Hola, soy Rodrigo, y desde hoy seré tu tutor, así que no dudes en pedirme ayuda que no te quitaré los ojos de encima - y me sonrió, mientras yo pensaba en que me había metido...
