✔Capítulo 45: En una galaxia muy muy lejana...
Matt.
Habían pasado tantas semanas sin percances que estaba empezando a creer que ya no me sucederían más. Pero estaba equivocado. Era como si los sueños –o en realidad, las pesadillas– se divirtiesen de tener el control de mi mente y jugasen conmigo como quisiesen. A veces variaban, pero normalmente eso lo hacía todavía peor. Y como Char no estaba conmigo, la pesadilla se sentía libre de golpearme como quisiese.
Esa vez, tenía veinte años, mi edad actual. Era un gran cambio, considerando que siempre tenía nueve. Debían de ser las tres de la mañana. Tampoco estaba en un auto ni en medio de una reserva natural, sino de pie en la habitación de mamá, vestido con uno de los pijamas que solía tener de niño. La tela azul estaba llena de dibujos de sables láser y en el pecho tenía un C-3PO animado; solía encantarme Star Wars.
Mamá no estaba ahí. Ella nunca estaba ahí a no ser que tuviésemos visitas, ya que su familia era muy conservadora y no le gustaba demasiado que no estuviese casada. Sabía que nada era verdad, pero de todas formas quería verla, por lo que salí del cuarto en su búsqueda. Crucé el pasillo en dirección a la habitación de mis padres, donde mamá dormía el resto del tiempo, y fue entonces cuando Matt –mini-Matt– apareció, saliendo de su propio cuarto. Me quedé congelado en mi lugar.
Los dos estábamos vestidos igual. Mi versión más pequeña tenía sus ojos llenos de miedo y me pasó de largo, como si no pudiese verme. Cuando ingresó a la habitación de nuestros padres, caminó silenciosamente hasta llegar al lado de la cama donde estaba mamá. Trepó por las frazadas y se tumbó a su lado. Ella se removió, abriendo los ojos. Notó que algo le pasaba a mini-Matt, lo cual era extraño entonces. Las pesadillas no eran habituales cuando ella todavía estaba conmigo.
—¿Matt? —preguntó en susurros, abrazándolo—. ¿Qué sucede?
Mini-Matt negó con la cabeza, como si no quisiese hablar de eso. Mamá echó un vistazo por sobre su hombro a mi padre, quien dormía profundamente a su lado, roncando. Ella tomó de la barbilla a mini-Matt y le hizo mirarla. Mi cabeza pareció reconocer la escena. Aquel día tenía cinco años y acababa de tener una pesadilla acerca de perderme en un centro comercial. Ridículo, sí; pero en ese entonces era una idea aterradora para mí.
—¿Quieres que te cuente una historia, Mattie? —cuestionó. Mi nombre saliendo de su boca me provocó una punzada de dolor en el pecho. Mini-Matt la miró con algo que parecía ilusión brillando en sus ojos, como si estuviese pensando en una idea genial.
—¿Puedo comer galletas también? —preguntó, esperanzado. Mamá le sonrió cálidamente, acariciándole la mejilla. Sentí un hormigueo en el rostro y un nudo empezó a formarse en mi pecho.
—Claro —respondió ella—. Vamos por galletas.
Mini-Matt asintió y bajaron de la cama en el mayor silencio posible. A papá nunca le gustó que lo despertasen en medio de la noche. Mini-Matt salió corriendo emocionado de la habitación y lo seguí con la mirada hasta que desapareció por el pasillo. Entonces sentí que alguien me tomaba del brazo. Volví la cabeza hasta toparme con sus ojos azules.
—Puedes venir por una también —me dijo mamá con una sonrisa cariñosa antes de soltarme y seguir a su hijo. Durante un segundo apenas si pude pensar. Demoré en reaccionar, pero finalmente caminé para alcanzarlos.
Mamá ya estaba fuera de mi vista, solo que sabía que había ido por el pasillo hasta la cocina. Cuando crucé la puerta, la escena cambió. Era de día y la luz del sol entraba por la ventana. Mini-Matt estaba sentado en un rincón. Se veía al menos tres años mayor. Noté que los dos llevábamos puesto un traje negro y que mini-Matt tenía enyesada la pierna derecha. Estaba llorando. De inmediato me di cuenta de la situación en la que estaba. Él levantó la mirada, chocando sus ojos húmedos con los míos.
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Gracias a un libro
Teen FictionEl libro, según el diccionario, es un conjunto de hojas impresas que forman un volumen ordenado para la lectura. El libro, según Char y Matt, es alguna clase de portal mágico gracias al cual chocaron con la vida del otro, y con el cual acceden a otr...