f i n d m e | fillie; [TERMINADA]

Que empiece el juego.

Después de que había terminado el receso, Finn me fue a dejar nuevamente a mi clase, está vez se despidió de mi dándome un beso en la mejilla, y también me abrazo. Probablemente sea igual que ayer, tal vez vaya a su casa, o no sé.
Estaba en Biología, copiando en mi cuaderno lo que el maestro había escrito en la pizarra.
De todo el grupo, yo era la más callada y tranquila, como dije, nunca fui de tener muchos amigos, mucho menos de tener un millón de chicos detrás mío, pero, creó que por lo menos tengo a uno, y se siente raro.

- Millie- dijo alguien detrás mío.

- ¿Si?- respondí y después volteó a ver a esa persona.

- Te están buscando afuera- señaló la ventana, dónde se encontraba Finn haciéndome señas de que saliera.

- Gracias- sonreí.

No sabía quien era esa chica, no le hablaba a nadie, por lo tanto, no me sabía el nombre de nadie.
Me levanté de mi lugar y fui hacía el escritorio del profesor.

- Maestro, ¿Puedo ir al baño?- pregunté amablemente.

- Claro, vaya.

- Gracias- le sonreí y salí del salón, Finn estaba sentado en unas bancas que están fuera de todos lo salones.

- ¡Al fin! Llevo esperando a que salieras desde hace más de diez minutos - dijo Finn en un tono muy gracioso que provocó que riera

- ¿Por qué querías que saliera?- pregunté aún riendo- Estoy en clase.

- Sí, ya sé que estás en clase, se supone que yo debería de estar en una clase en este momento, pero salí al baño y me perdí y llegue justamente afuera de tu salón y llevo esperando desde hace diez minutos.

- Finn.

- Okay ya, te iba a decir que si quieres salir más al rato, en la tarde.

- ¿Me estás invitando a salir? - pregunté.

- Así es.

- ¿Cómo una cita?- sonreí.

- Ehh, si, ¡No! Si, ¿Qué?

Empecé a reír por lo que había dicho Finn

- Okay, ¿A que hora nos vemos? Para calcular bien que haré.

- ¿En serio quieres salir?- preguntó sorprendido.

- Si, no es mala idea.

- Ookay, no esperaba esto, ya tenía planeado que iba a decirte para convencerte, pero esto fue más fácil de lo que pensaba, como sea; pasó por ti a las cuatro quince, ¿De acuerdo?

- ¿Qué? Eso es muy pronto, salimos a las tres treinta.

- Lo sé, también creó que es muy tarde esa hora.

- Entonces lo podemos dejar para otro día - sugerí.

- No, podemos hacerlo hoy mismo.

- Pero dices que no hay tiempo.

- Si, si hay.

- ¿Cómo?

- Hay que irnos de una vez.

- ¿Ahora? - pregunté confundida.

- Ahora - respondió tomando mi mano.

- ¡Finn! Mis cosas, están dentro del salón.

- Fácil, espera aquí, iré por ellas.

- ¿Qué? ¿Cómo?

- Acuestate en la banca y procura que nadie te vea- dijo en voz baja y tocó la puerta del salón.