¿Que es lo que te muestra el espejo?¿Que es lo que deseas ver? Quizás una historia jamas contada guardada recelosamente en sus ahora perdidos fragmentos, pero ahora cada fragmento de aquel espejo cuenta una historia nueva una que nos lleva a un fi...
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Templo de acuario, 2 horas antes de la partida hacia Meteora.
A veces la mirada de Degel podía dejar entre ver sus emociones pero en esta ocasión no había nada, dicen que los ojos son la ventanas del alma y Camus lo entendió, el alma del hombre que tenia frente suyo ni siquiera estaba cerca del el.
Tantos años en las sombras le habían enseñado tantas cosas a Degel y una de esas era que su alma había muerto al igual que Kardia hace muchos siglos atrás, para él fue difícil entender que lo único que lo mantenía en pie era su corazón guerrero y nada más, aquel hombre que fue su amigo y el amor, se había ido llevándose consigo su alma. Había vivido rodeado de montañas de libros en la biblioteca de acuario, donde perdía la noción del tiempo, aquellas montañas de libros que lo separaron de Kardia, no supo valorar el tiempo junto a él, llevaba su culpa como una pesada carga que debía llevar al hombro al subir aquella nueva montaña que debía cruzar, aquella montaña que Kardia le permitió cruzar junto a Milo, una que los llevaría a la felicidad, o eso quería pensar.
-¿Interrumpo algo?- Preguntò Degel con falsa culpa, abriendo la puerta semi-abierta da con una sonrisa siniestra que había copiado de Kardia.-Parece que si lastima, Camus debemos hablar, AHORA-Dijo subiendo el tono de voz en la ultima palabra apuntando con su mano a un Saga que estaba apunto de articular palabra.
-Habla y hago de este templo su tumba ,si quieres que tu novio siga con nosotros en la tierra haz que se largue-Amenazó, mirando fijamente a un Camus que lo miraba impasible mientras que Saga apretaba sus dientes con rabia.
-Camus, podemos con este vejestorio- Degel rió de lado.
-Yo tu no lo intentaría-Susurró de forma amenazadora empezando a congelar la armadura del geminiano.
-Saga hablamos luego-Dijo Camus pasando su mirada de Degel a Saga, que iba a protestar pero fue callado por las finas manos de Camus en sus labios-Vete-Saga suspiró con frustración saliendo de la habitación dando un portazo.
-Creo que tenemos asuntos que atender y no creo que estés en la posición de negarte-.Degel rio ante la expresión inexpresiva tan común en ellos, si no hubiera sido entrenado bajo el mismo yugo de ser una persona extremadamente reservada ante todo, pensaría que no le interesaba, pero él lo sabía, Camus estaba que temblaba como una hoja siendo movida por los fuertes vientos de otoño.
-No veo lo gracioso, irrumpiste en mi habitación sin pedir permiso, bien sabemos que fue tu hogar hace unos años pero ya no, ¿a dónde fueron tus modales Degel de Acuario?-Preguntó Camus parándose al lado de la ventana de su habitación.
-Se fueron de paseo con tu integridad y moral-Respondió aun con esa sonrisa burlona.
-No podía esperar menos de ti, si te juntas con esa escoria, que puedes sacar de ellos-.Dijo Camus mirando serio a Degel.
