6. Muñeca

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Derek ya llevaba tres meses laborando para One House, pero mi corazón no se acostumbraba. Cada vez que estaba cerca se me hacía difícil respirar y temblaba como conejo, aunque debo confesar que me sentía orgullosa de mi misma y de la madurez con la que estaba manejando la situación. No permitía que mis sentimientos afectaran a la empresa, y en el aspecto laboral nos habíamos acoplado de maravilla.

Sin embargo, Derek se comportaba extraño en ocasiones, a pesar de que yo trataba de ser distante con él, seguía tratando de acercarse a mi, me traía café e incluso repostería, la cual aceptaba cortésmente, pero sin demostrar ningún otro sentimiento. Debo confesar que gracias a sus atenciones estaba comenzando a recuperar mi peso ideal, ya que quisiera o no todas las mañanas me hacía desayunar y en algunas tardes tomábamos café en medio de planos arquitectónicos. Esas atenciones provocaban efectos contradictorios en mi. Por un lado, mi corazón latía con fuerza y se derretía, pero al mismo tiempo mis defensas se encendían para impedirme que olvidara el daño que me había hecho, y me preparara para no caer en su juego de nuevo. Aunque quisiera no podía verlo siquiera como un amigo.

Esta semana era especial, había concluido mi maestría en Arquitectura Industrial y el viernes era mi graduación, sin embargo, asistiría sola ya que Mary andaba en una capacitación laboral en Australia, llevándose a Charles con ella, Kristin y Camilo estaban con los preparativos de su boda y Xavier, bueno, no nos hablábamos desde nuestro "último encuentro", creo que era lo mejor, ya lo había lastimado bastante. Derek se había ofrecido a acompañarme, lo cual rechacé sin dudar, pero debo reconocer que eso atentó con derretir mi corazón de hielo, y su cara de decepción cuando le contesté "nosotros no tenemos que tratar ningún tema que no sea de índole laboral" me hizo sentir como una perra malvada. Pero tenía que cuidarme, sé muy bien que si doy un solo paso en falso estaré perdida de amor por él de nuevo, así que iré sola, al fin y al cabo eso no era una novedad para mi.

En los últimos días hemos estado teniendo problemas en un proyecto que está a 45 minutos de la ciudad, uno de los pisos se había caído y nos acusaban de un mal diseño, así que debía dejar de distraer mi mente en mis asuntos y concentrarme mas en el trabajo.

–Necesito que usted y el señor Dunne vayan de inmediato a la construcción de Medical Industries y resuelvan ese problema, no podemos permitir que el nombre de nuestra compañía se vea en entredicho –

–Por su puesto señor, iremos de inmediato –

Me dirigí a la oficina de Derek y le indiqué que se alistara, teníamos que ir antes de que el tráfico del medio día nos hiciera el camino mas largo, Derek asintió y en cuestión de 15 minutos nos encontrábamos en el estacionamiento acomodando nuestros equipos en el asiento trasero de uno de los autos de One House:

–Si quieres puedo conducir, conozco una ruta que nos permitirá llegar mas rápido, así podremos pasar a almorzar, es que realmente me estoy muriendo de hambre, disculpa –

¿Desde cuando Derek creía que tenía permitido tutearme? Y ¡mierda! Teníamos que almorzar juntos, no me había percatado de eso. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, apenas podía soportar tenerlo cerca, tener que dirigirle la palabra sobre temas laborales, y ahora teníamos que sentarnos, solo los dos, a almorzar, sin planos, sin computadoras, sin escalímetros de por medio que distrajesen nuestra atención eximiéndonos de entablar una incómoda charla. Esto era demasiado. No pude articular nada, simplemente le di las llaves del auto y me dirigí hacia la puerta del acompañante, él se adelantó y la abrió para mi. Me quedé estática lo miré de reojo y me monté sin decir nada.

Nos fuimos por una calle poco conocida, así que para evitar cualquier momento incómodo saqué los audífonos de mi bolso de mano, los conecté a mi IPhone y puse música a todo volumen y cerré mis ojos echando mi cabeza hacía atrás en el asiento.

Por esta vez... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora