Capitulo Único.

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   Después de una tarde llena de gemidos dulces, besos con el mas puro amor y jadeos entrecortados. Los dos jóvenes se encontraban en el bosque, justo debajo de un árbol... Disfrutando de la paz y quietud de estar juntos lejos de todo.

Si. Solo era eso, un silencio tan cómodo y especial que los rodeaba, el sonido de las ramas mecerse y el canto de los pájaros. Esa tarde era un de las buenas, donde Bill y Dipper sólo disfrutaban del silencio y el cariño que se daban uno al otro con esas suaves caricias. Mientras Dipper pasaba lentamente sus dedos por los tatuajes del cuerpo humano que ahora poseía Bill, este otro solo disfrutaba de acariciar los castaños cabellos del menor mientras sentía la suave y acompasada respiración en su pecho.

- Oye, Bill.

La voz suave del menor resonó en los oídos del demonio, sacándolo de su burbuja de paz y haciendo que bajara la mirada para verlo.

- Dime, Pine three.

Respondió con tono calmado y con una pequeña sonrisa.

- Sabes que no me gusta que me llames así, Dorito volador.

El menor frunció el ceño viéndolo a los ojos.

- Oye, calma...

Ríe divertido el demonio para después alborotar el cabello de su pareja.

- Como sea.

Dipper rueda los ojos y devuelve su atención al rostro de Bill.

- ¿Que son estos tatuajes?

Pregunta en voz baja algo nervioso, el demonio nunca le había hablado de su pasado -o por lo menos, nada más de lo que debería saber- y al preguntarle eso, sentía como todas sus alarmas se encendían con una luz roja que decía "PELIGRO".

Sin embargo, el demonio solo lo vio con una cara neutral que lentamente se transformó en una triste.

- Pine... Eso es algo muy triste, que te aseguro que no querrás escuchar.

Trató de sonar lo más relajado posible aunque un nudo se le formó en la garganta y unas ganas inmensas de llorar se presentaron.

- Oh, Bill...

El menor posó su mano en la mejilla del más alto y lentamente unió sus frentes.

- Todo lo que tenga que ver contigo me importa...

Susurró y lo vio fijamente a los ojos, conectando sus miradas para tratar de pasarle todo ese amor y comprensión que tenía hacia él.

- Te lo diré...

Lo dijo suavemente y con voz menos triste, aunque aún se notaba ese toque de desdicha y dolor.

- Pero con una condición, Pine three.

El menor frunció el ceño por el apodo, pero le toco nada más que suspirar resignado y mirarlo con cara de; "Prosigue".

- Mi condición es que no se lo cuentes a nadie y menos que lo escribas en esa libreta tuya... O cualquiera de esos diarios ¿Lo prometes?

Lo vio a los ojos agarrándolo de ambas mejillas y juntando sus narices.

- Lo prometo Bill...

Susurró casi sin aliento y miró atentamente al mayor, esperando que le narrara la historia.

   El joven demonio suspira resignado, preparándose para narrar su fatídica historia.

- Todo comenzó al principio de la vida después de la muerte de los dinosaurios...

El poder no conoce la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora