Cuando no estas conmigo (corto)

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Corté el teléfono y sentí como si cada parte de mi corazón se estuviera desmoronando lentamente. Estúpida Sarah, estúpida yo, estúpido todo el universo por hacer que me enamorara de Ryan. Al parecer yo no estaba destinada a tener suerte en el amor, primero Mike y ahora él. ¿Qué me pasa? Siento un horrendo nudo en la garganta que amenaza con ahogarme si no lo suelto, y la forma de hacerlo es llorando. Así que lo hago. Nada de hipos o de hacerse bolita en la cama. Solo lloro, sentada en silencio dejando que las lágrimas corran por mi cara sin parar. Ni siquiera trato de limpiármelas. Que caso tendría? Nadie me está viendo y la única persona con la que podía llorar en paz acaba de destruir mi corazón. No importa que ya, desde antes, supiera que tarde o temprano esto iba a pasar, que no podía interponerme entre ellos, no importa, no hace que sea menos doloroso. Mi madre llama a la puerta pero no contesto. Me siento como muerta. No tengo corazón, se rompió y alguien ya se llevó los pedazos. Solo queda un agujero vacío en mi pecho, lleno de lágrimas y dolor.

Bien, ok, sé que dije que no me haría bolita sobre la cama, pero quien no lo hace cuando tu corazón esta como si lo hubiera pisoteado una manada de martillos andantes? Entonces recordé algo. La foto. La única foto que tenia de él, sacada ese mismo día. Díganme masoquista, o díganme idiota por caer tan bajo, pero hice lo único que podía aliviar mi dolor en ese momento. Busque su foto en mi teléfono y... ahí estaba. Acostado sobre la hierba con los ojos cerrados y una sonrisa en los labios. Recordé como se sentía besar esos labios, tan suaves como el algodón y dulces y delicados como las flores que me regalo y que olvide en la orilla del Támesis esa primera noche. Deje mi teléfono sobre la cama, tire de mis piernas hasta mi pecho, enterré mi cara en mis rodillas y otra vez rompí a llorar desconsoladamente. Fui una idiota y lo sabía. ¿Que había hecho? Gracias a mi ingenuidad y mis caprichos, había destruido mi amistad con el único chico que de verdad me importo nunca. Aunque me repitiera una y otra vez que éramos amigos, que el seguía queriéndome, que estaría todo bien, una pequeña parte de mi cerebro me decía lo que yo ya sabía: no era así. Lo perdí, lo perdí todo. De un día para el otro pase de ser la chica más feliz del mundo a estar tirada en mi cama llorando. ¿Y por qué? Por enamorarme de la última persona que correspondería mi afecto debidamente. Puse mis esperanzas en algo vacío, sin futuro, y de todos modos, me sentí flotar en las nubes. El me hizo sentir así. El único chico que alguna vez me hizo sentir especial, el único que me quiso sin importar mis defectos, el que me pidió que evitara que se convirtiera en adulto porque temía que dejaría de quererlo si eso pasaba, el único que ame de verdad. Lo de Mike fue un juego. Divertido, si. Pero solo un juego. Lo que sentía por Ryan era más fuerte que lo que alguna vez podría llegar a sentir por Mike o por nadie. No amaría a nadie más como lo ame a él. No volvería a entregar mi corazón otra vez, Ry lo tenía. Supongo que iba a enamorarme de vuelta, algún día, en algún momento, pero no entregaría lo poco que quedo dentro de mi pecho. Era lo suficiente para vivir, solo lo necesario. El resto era suyo, ahora y para siempre 

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2014 ⏰

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